El "fomento al desarrollo agrobioindustrial", un proyecto que divide al campo y la agroindustria

El gobierno busca con esta iniciativa y la flexibilización de las exportaciones de carne bajar tensiones con el agro. Claves del proyecto y por qué hay posiciones enfrentadas en el sector 

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El gobierno nacional presentó el proyecto de ley denominado "Régimen de fomento al desarrollo agrobioindustrial". Mediante cinco criterios para las áreas de producción, empleo, comercialización, exportaciones e inversiones, se busca otorgar previsibilidad a las cadenas de valor agrobioalimentarias con beneficios fiscales sujetos al incremento de la productividad.

Entre sus principales beneficios se incluyen la amortización acelerada y el menor tiempo en la devolución del IVA para nuevas inversiones, y la promoción de prácticas de cuidado ambiental y del suelo a través de la cesión de bonos correspondientes al 50 por ciento de la inversión como créditos fiscales.

Además, impulsa la promoción de la llamada semilla fiscalizada para especies hortícolas, cereales, oleaginosas y legumbres mediante un bono del 50 por ciento de la inversión como crédito fiscal.

La iniciativa generó posturas disímiles en los sectores productivos. Desde la agroindustria celebraron con fuerza la decisión del gobierno nacional de impulsar un proyecto que numerosas entidades han elaborado.

“Beneficia a pymes y a grandes empresas, es sustentable porque promueve el cuidado del ambiente y exportadora porque apunta a incrementar las ventas de productos argentinos al exterior con agregado de valor”, indicaron desde el Consejo Agroindustrial Argentino.

Y agregaron: “es solo el primer paso, continuaremos trabajando para proponer políticas integrales que incentiven una mayor producción con el objetivo de crecer en volumen de exportación con mayor valor agregado, abasteciendo el mercado interno y generando nuevos puestos de trabajo de calidad en el interior del país”.

Una mirada distinta tiene la Mesa de Enlace, que representa al sector primario y que, si bien celebra el proyecto, considera que se necesita lograr “una ley de contenido mucho más amplio donde queden claras las premisas fiscales de reducción de los derechos de exportación hasta su eliminación para todas las actividades agroindustriales y economías regionales, además de operar con un único tipo de cambio, bajo propuestas sectoriales de crecimiento sostenible de producción y exportación con mayor valor agregado, con regímenes especiales de inversión con amortización acelerada, y tantas otras medidas que nos permitirán alcanzar metas que ayudarán a revertir la situación actual de pobreza y marginalidad que afecta a nuestro país”

En los próximos días debería conocerse la letra chica del proyecto, pero no deben pasar desapercibidas las declaraciones del ministro Julián Domínguez calificando de “bienes culturales” a la carne, el trigo y el maíz. Precisamente, ese término generado ruido en el sector porque entienden, como ya ha pasado, que el Gobierno puede “meter mano” en los mercados, en cualquier momento, generando distorsiones, desincentivos y desconfianza. La novela, recién empieza.

Aflojan el cepo, pero no del todo

“Con respecto a la cuestión de la carne con destino a China, se abren las exportaciones a partir del día lunes”, fue la frase contundente que lanzó el flamante ministro de Agricultura y Ganadería, Julián Domínguez a comienzos de semana, confirmando la decisión del Gobierno nacional de flexibilizar el cepo con una medida que tanto reclamó el sector agropecuario y agroindustrial. 

Sin embargo, desde las entidades que conforman la Mesa de Enlace se han quedado “con gusto a poco”. Así lo revelaron en un comunicado donde afirmaron que “cuotificar la exportación de carne es una mala decisión, no sirve para nada y perjudica no solo a los productores sino también al país”. Y agregaron: “nuestra expectativa era la apertura total de las exportaciones pero solo se liberó una categoría, que no es la que se consumimos los argentinos, la vaca conserva y manufactura”.

Las entidades lamentaron que “muchos productores hayan mal vendido sus animales en estos meses de intervención de los mercados”, perdiendo dinero por vender a “precios irrisorios”. Por eso, ahora esperan que “se generen hechos reales y concretos, y por otro lado que liberen todas las exportaciones”. Por último, indicaron: “el plan de lucha sigue, no solo es el cepo de la carne. Hay temas como el trigo, retenciones, inseguridad rural, entre otros”.

Distinta postura tuvo el Consorcio de Exportadores de Carne Argentina ABC, que ha quedado en la mira en los últimos meses por haber logrado “beneficios” luego de sentarse en la misma mesa con el Gobierno, como por ejemplo acaparar la mayor cantidad de toneladas para poder exportar.

“Desde el Consorcio ABC consideramos que las exportaciones de carne están abiertas en la medida de las posibilidades del país y que las decisiones tomadas en las últimas horas nos acercan hacia un mejor escenario. Esta apertura abre un camino de conciliación de posiciones que deben sostenerse y ampliarse para el progreso de todos”, indicaron en un comunicado.

Y concluyeron: “apoyamos este camino de búsqueda de un consenso y abrigamos la esperanza de que en los próximos meses acordemos nuevas medidas ayuden a incrementar nuestras ventas a todos los mercados y seguir contribuyendo de ese modo con el desarrollo productivo argentino, propósito que busca desde su creación el Consorcio ABC, con un sistema justo e igualitario, con participación de todos los frigoríficos”.

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