Grassi saca al ruedo una estrategia comercial con la que apuesta a revolucionar el mercado de granos

La agrocorredora presenta Gravanz, una innovación que permite vender los granos embolsados o aplicarlos como garantía en negocios con cobro anticipado sin moverlos del campo. ¿Será la base para una “CriptoSoja”?

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En 1990 la corredora de granos rosarina Grassi SA fundó una empresa cuya estrategia comercial revolucionaría el mercado de granos a partir del cambio de siglo marcando un rumbo que luego sería seguido por muchas empresas agropecuarias. Se trató de Commodities SA, el primer comerciante mayorista de granos que, al arbitrar posiciones entre mercados al integrar acopio y corretaje, pudo conseguir condiciones comerciales diferenciales a los productores. 

Ahora, la empresa –una de las top del mercado nacional- saca al ruedo una innovadora plataforma tecnológica y comercial con la que apunta a volver a mover los cimientos del mercado. Se trata de Gravanz, al que presentan como “un innovador desarrollo que mejora la rentabilidad en cada eslabón de la cadena a través del acceso a mejores condiciones comerciales y anticipos y de ahorros en costos de logística al poder disociar el momento de venta/cobro respecto de la entrega y al utilizar los granos embolsados como garantía”.

¿De qué se trata? Mariano Grassi, director del grupo empresario, explicó a este medio que “es una innovación que permite vender los granos embolsados o aplicarlos como garantía en negocios con cobro anticipado pero sin moverlos del campo”. ¿Y cómo pretende lograrlo? “Mediante un sistema de monitoreo satelital que brinda respaldo de la existencia de los granos y que genera alertas en tiempo real ante roturas de la bolsa o sustracción de granos”, responde Grassi.

El aporte fundamental para el productor, explica, es que permite separar la logística de lo financiero y al independizarlos hacer más eficiente ambas gestiones. “La idea es descentralizar el acopio. Con esta innovación, el productor embolsa y al incorporar los sensores se separa el movimiento logístico del comercial. A partir de ahí, y apalancado en toda nuestra capacidad y estructura comercial, el productor tiene la libertad de vender diferido y cobrar, usarlo para pagar un canje o pedir financiamiento anticipado  en pesos o en dólares; en definitiva hacer el negocio que más le calce pero siempre con los granos a la vista”, resalta. 

“Cuando el grano se embolsa y el acopio sensorisa ya no hay que comprometer de antemano el grano como ocurre hoy con la fijaciones”, pone como ejemplo. “A veces ocurre que un productor con 10 silobolsas pide a un acopio un adelanto de cheques para descontar por un silobolsa y ahí el acopio no tiene problemas. Pero si le pide por 5 o 10 silobolsas el acopio queda muy expuesto, más que un adelanto le está dando un crédito. Pero con Gravanz el riesgo ya no lo tiene porque se lo pasa a Commodities”, relata el cerealista.

En concreto, los beneficios que tiene son:

1) Elegir el mejor momento del año para vender y cobrar, independientemente de la fecha de entrega, al facilitar el diferimiento del envío de la mercadería embolsada (y monitoreada) en origen.

2) Contar con alertas en tiempo real, las 24 horas, ante roturas de la bolsa o sustracción de los granos.

3) Acceder a condiciones comerciales con pago anticipado, al aplicar como garantía la mercadería embolsada y monitoreada, disminuyendo los riesgos asociados.

4) Ahorrar costos de logística, al poder programar los envíos de los granos fuera de la época de cosecha.

“Gravanz, también genera beneficios para las industrias y los exportadores que  podrán mejorar la posición de mercadería a fijar, ya que se generan fijaciones y pagos sin tener mercadería recibida en plantas, además de hacer más eficiente la recepción de los granos, asegurando un flujo continuo fuera de cosecha y contar con una mayor programación logística, con sus consecuentes ahorros y eficiencias comerciales”, enumeró Grassi.

Gravanz ya está operativo y se trata de un desarrollo propio que diseño Grassi SA en alianza estratégica con la tecnológica Absolut Mobile. El servicio, cuya tecnología fue probada exitosamente, ya está lanzado y en estos momentos están sumando los nodos tecnológicos que permiten hacer el seguimiento satelital de la ubicación de los granos. Cada nodo releva unas 60 mil hectáreas y para julio esperan tener 100 nodos instalados. 

“Ya estamos empezando a hacer negocios”, dice Grassi, quien igual aclara que el crecimiento será gradual y en base a hacer mucha docencia y difusión en el mercado. Y no lo apuran los resultados inminentes. “Estuve 6 meses para convencer al directorio para largar Commodities, y el primer año sólo hicimos 3.000 toneladas”, recuerda. El objetivo ahora es generar volumen y, en tren de escalar el desarrollo, está proyectado sensorizar silos de chapa. 

Pero más allá del aporte fundamental de la tecnología, Grassi resalta que la principal ventaja es que se posa sobre una cadena comercial real a la que se le busca dotarla de más eficiencia. “Nuestro objetivo es generar una herramienta que se apalanque en la red comercial tradicional para hacer más eficiente el modelo de comercialización convencional”, resalta. 

“Nosotros no vamos al productor a comprarle directo. Nosotros respetamos la cadena y por eso, como compradores mayoristas que somos, salimos a ofrecer Gravanz a toda nuestra red de acopios, cooperativas y agronomías en busca de que lo adopten y puedan generar más negocios de originación con el programa”, cuenta Grassi.

“Los acopios, cooperativas y agronomías, tendrán un rol clave en la distribución del servicio, al ser los medios de contacto para que los productores puedan acceder al mismo. Y por eso decimos que Gravanz se incorpora al circuito de comercialización granaria con el objetivo de brindar soluciones a todos los miembros de la cadena comercial del agro”, insiste.

“Podríamos decir que es un desarrollo fintech. La tecnología, que permite por ejemplo el monitoreo en tiempo real, es fundamental, pero no lo es todo. Lo que importa es la extensa y sólida red comercial sobre la que se monta; además del know how para administrar el comercio con la garantía de una empresa de 130 años como la nuestra”, destaca el corredor.

Finalmente, Grassi estima que si la innovación prende podría terminar abriendo el desarrollo a toda la cadena. “Terminaría siendo un desperdicio que sólo lo usemos nosotros”, dijo. Y es que, muy de fondo, el cerealista estima que Gravanz puede ser un puntapié inicial para el desarrollo de una Criptosoja.

“En las criptomonedas siempre se necesita tener un activo digital. En este caso, la confianza estaría anclada en la existencia real del grano que se puede monitorear online de manera satelital para, sobre esa grano real, terminar comercializando certificados o criptomonedas. En otras palabras, estamos dando el primer paso para crear un activo digital”, finalizó.

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