Mykonos es, sin lugar a dudas, una de las islas más hermosas del grupo de las Cicladas, en el eternamente azul Mar Egeo. Es la isla donde las postales de casas blancas y puertas azules,  flores exuberantes y horizontes de mar se hacen realidad y deslumbran. Toda esa belleza se combina con negocios de primeras (y costosas) marcas mundiales, exquisito diseño y decoración, restaurantes de gran nivel, bares únicos y atardeceres increíbles, un lugar donde siempre hay oportunidad de cruzarse con algún rico y famoso del mundo.

Si bien la isla es relativamente pequeña hay muchas opciones y para todos los gustos, por eso nos propusimos hacer un paseo de 48 horas en donde ver y experimentar el verdadero sabor de Mykonos.

Para optimizar el tiempo y recorrer la isla es fundamental contar con un auto o moto a nuestra disposición. El transporte público existe pero no tiene frecuencias tan ajustadas como se necesitan para sacarle todo el jugo a un paisaje como este. 

Buscando el Sol

El rumbo se pone al este en busca de una de las mejores playas de la isla, Kalo Livadi. Recorriendo la ruta que pasa por Ano Mera y bajando hacia la derecha llegamos a una bahía bastante amplia en donde encontraremos tres bares-restaurantes-paradores de excelente nivel. Se desarrollan de derecha a izquierda, creciendo en refinamiento y precio por supuesto.

Sin embargo el que vamos a recomendar es el Lohan Beach House, este restaurante de playa es propiedad de la mismísima Lindsay Lohan y se destaca por su refinamiento, buen gusto y también un poco por los precios.

La playa en si misma es una de las más bellas de la isla. Amplia, con aguas cristalinas, arena en casi toda su extensión, poco oleaje, música desde los restaurantes, muy buen servicio, un amplio parking y la posibilidad también de optar por poner tu propia toalla y sombrilla en la arena sin necesidad de alquilar tumbonas a 80 Euros el día.

Cuando el viento llega desde el norte esta playa tiene además la ventaja de encontrarse protegida y hacer más placentero el día. Es una playa muy concurrida, por gente de todo tipo, pero sobretodo por aquellos que buscan algo de distinción y excelencia. La llegada de yates privados es casi constante y el paisaje junto con las casas y alojamientos que se desparraman por las colinas circundantes terminan dándole una belleza muy particular.

Más al este siguiendo por la misma ruta encontraremos la playa de Agia Anna Esta playa es más pequeña que Kalo Livadi aunque tiene la misma transparencia en las aguas y la arena fina también. Es bastante espaciosa y hay lugar para poner tu propia toalla y sombrilla o alquilar alguna de las tumbonas del restaurante, muy bonito y con increíble música por cierto, a precios más razonables.

Esta es una muy buena opción para quienes prefieren bajar un poco la intensidad de la noche de Mykonos o simplemente prefieren un ambiente relajado pero cool.

Paradise y SuperParadise son dos playas que están al sur de la isla y son muy famosas, especialmente entre los jóvenes. Las playas están completamente equipadas, rodeadas de servicios, alojamientos, incluso campings y muy cerca del centro. Sus aguas son cristalinas, los colores del mar sorprenden pero están completamente colonizadas por la el party-style. Es difícil seguirle el ritmo a esas playas, ya que están abiertas noche y dia siendo uno de los centros de reunión y fiesta más importantes de Mykonos. Aquí encontraras todo, desde un lugar donde tomar sol hasta pole dancing, pasando por música electrónica y una selección de bartenders.

Si el viento, siempre presente en Mykonos, que llega del norte no es tan intenso entonces hay que conocer una de las playas más lindas de la isla, Ftelia. Ubicada a mitad de camino entre Chora (el pueblo costero que define a Mykonos) y Ano Mera (la ciudad que esta al centro mismo de la isla).

Ftelia Beach es una gran bahía abierta con extensas playas de arena dorada, agua cristalina y un oleaje que la hace entretenida sin quitarle confort o seguridad. Los servicios allí son más limitados pero bien vale la pena conocerla y pasar un buen rato allí tomando sol y relajándose.
 

Calles Blancas

Las famosísimas callecitas blancas están aquí para recorrerlas. EL pueblo de Chora, desde el puerto viejo hacia arriba es un verdadero laberinto de calles estrechas, casas de dos plantas pintadas de un blanco que encandila, Santa rita florecidas, escaleras que se contraponen y muchos negocios.

Abundan las casas de moda, con las mejores marcas, todas, las que busquen están allí presentes con sus mejores modelos, las mejores vidrieras y los precios mas altos. Relojes, zapatos, carteras, vestidos, trajes de baño, jeans, todo lo mejor de Europa esta concentrado en ese puñado de calles serpenteantes.

Entre tantos negocios  de moda hay un sinnúmero de restaurantes que hacen muy difícil la tarea de elegir dónde comer. El sushi y los frutos de mar son los reyes aunque también se pueden encontrar opciones de cocina italiana, francesa y por supuesto griega para todos los bolsillos. Si hay algo que destaca a Mykonos es la decoración de todos los comercios y cuando digo todos, me refiero concretamente a todos.

Atardecer y Molinos

Ninguna visita a Mykonos está completa sin una foto en los famosos molinos de viento y un trago viendo el atardecer. Los molinos son un icono turistico y referencia de la isla, enfrentando el mar y el viento constante. Para el atardecer el mejor lugar es la Pequeña Venecia o Little Venice. Una seguidilla de casas, ahora convertidas en bares de categoría, que dan al mar. Desde allí, sentarse en una de sus mesas a centímetros de las olas viendo el sol caer y tomar una copa de vino blanco helado, es uno de esos placeres que nadie debe negarse. Para eso nada mejor que esperar a que se haga un lugar en las agitadas mesas del Negrita Bar.

Mykonos es Grecia en todo su esplendor y también un lugar único en el mundo. Lugar de ricos y famosos, paraíso de jóvenes, centro de la moda y el diseño,  playas soñadas, aguas cristalinas y también (de diferente forma) un destino de viaje familiar y para todos los presupuestos.