Un grupo rosarino de emprendedores ideó un proceso sustentable para sacarle valor a la cáscara de soja y obtener celulosa que puede reutilizarse en la industria alimenticia, de la construcción, cosmética y farmacéutica. En caso de escalarse, implicaría evitar tener que importar 11 mil toneladas de celulosa, evitando la salida de divisas. Acaban de ganar un certamen internacional.

“Hace tiempo que venimos trabajando en la revalorización de los desechos de productos industriales de la región, y desde hace cinco años nos concentramos en la cascarilla de soja”, comenzó diciendo Nadia Woitovich, una de las integrantes de Present Chemistry, junto a Esteban Morilla, Paola Camiscia, Manuel Silva y Pablo Costa, integrantes del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos Rosario (Iprobyq). Sólo en Argentina, actualmente se producen 4 millones de toneladas de este subproducto, que se usa sobre todo para alimento del ganado.

El equipo se puso a trabajar en el desarrollo de un proceso sencillo y sustentable basado en hidrólisis para aumentar el valor de esta cáscara, más allá de que también puede aplicarse a otras materias primas. “Lo que hacemos es extraer las moléculas de valor de su composición con las cuales obtenemos celulosa que tiene múltiples aplicaciones, en la industria alimenticia, farmacéutica y cosmética”, explicó a Ecos365.

Con esta propuesta compitieron en el 100K LATAM 2021, competencia latinoamericana que busca promover el desarrollo de emprendimientos en América Latina y el Caribe de tipo innovador y de base tecnológica. Lo hicieron en la categoría Pitch, que significa decir "tengo una idea que puede llegar a ser una empresa a futuro", y obtuvieron el primer premio, que fue de u$s5 mil.

“No esperábamos ganar, pero el premio nos vino muy bien, porque tenemos todo probado a escala de laboratorio y funciona, pero necesitamos ir escalándolo para ver qué pasa a nivel industrial”, manifestó y agregó que este proceso también implica realizar un análisis de costos, riesgos y de mercado para verificar que se trate de un emprendimiento rentable. “Estamos viendo la posibilidad de alquilar alguna planta para escalar la producción y determinar si el proyecto cumple con las expectativas requeridas”, cerró la emprendedora.