Los alimentos y bebidas volvieron a ser protagonistas de la inflación de enero, con una suba mensual del 6,8% y un incremento interanual del 98,4% en la medición nacional, ya que en Gran Buenos Aires y la Patagonia superaron el 100%. No obstante, no todos los productos que forman parte de ese rubro tuvieron un comportamiento similar. Algunos artículos registraron un incremento de dos dígitos durante el primer mes del año, mientras que unos pocos llegaron incluso a reducir su valor.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), entre los diez productos de mayor suba durante enero, seis pertenecen al rubro de “alimentos y verduras” y entre ellos, hay cuatro que encabezan los aumentos generales.

El alimento de mayor incremento de precios el año pasado fue el tomate, que pasó de costar $231,77 por kilo en diciembre a $381,92 en enero, alcanzando así un incremento del 64,8%.

Algo menor fue el aumento de la naranja, que llegó al 48,9%. El valor promedio nacional era de $136,5 en el último mes del año pasado y llegó a $203,25 en el primero del 2023. La manzana “deliciosa” completó el podio, con un ajuste del 31% en el período analizado.

En el cuarto lugar del “top ten” de aumentos aparece el kilo de papa (24,7%) y recién en el quinto puesto del ranking de suba se encuentra un producto fuera del rubro de frutas y verduras. Se trata del filet de merluza fresco, cuyo precio por kilo saltó de $1.293,02 a $1.476,44, un 14,2% según los valores relevados por el Indec.

Entre los otros cinco productos de mayor aumento sí hay dos verduras más, el limón y la cebolla, que tuvieron ajustes del 13,2% y 8,9% respectivamente. La gaseosa base cola de 1,5 litros (12,6%), la harina de trigo común 000 (9%) y las galletitas dulces envasadas sin relleno (8,7%), completaron la lista.

Por arriba del 300% anual

 

Cuando se analiza la evolución de precios de las frutas y verduras, se debe tener en cuenta que siempre puede haber variaciones muy grandes (hacia arriba o hacia abajo) en el corto plazo debido a cuestiones estacionales.

Por una cuestión lógica, los precios de estos alimentos tienden a subir cuando no es época de cosecha y se deben reemplazar los productos nacionales con otros importadores. Por el contrario, cuando se libera la producción local e incrementa la oferta de mercado, los precios tienden a bajar considerablemente en cuestión de días. También inciden las contingencias climáticas, que pueden llevar a grandes mermas que complican los niveles de oferta aún en temporada alta.

Sin embargo, un análisis de la evolución anual de los precios demuestra que hay frutas y verduras que están subiendo a un ritmo mucho mayor al promedio y por motivos que van más allá de lo netamente estacional.

Es el caso, por ejemplo, de la papa, cuyo valor de mercado era de $61,33 por kilo en enero del 2022 y llegó a los $263,02 en igual mes de este año. De punta a punta, ese producto tuvo un incremento del 329%.

También la cebolla acumula una suba anual por arriba del 300%. En su caso, el kilo avanzó de $64,96 a $277,64, lo marcó un incremento del 327% en los últimos doce meses.

Por debajo se pueden encontrar tres productos con subas menores al 300%, pero mayores al 200%. Se trata del kilo de azúcar, la manzana “deliciosa” y la batata, cuyos precios avanzaron 204%, 210% y 246% respectivamente.

En total, de los 59 alimentos y bebidas relevados por el Indec, hay dos con subas anuales por arriba del 300%, tres en el rango de los 200 y 34 que tuvieron aumentos de entre 100% y 199% en el período analizado. Solo 20 subieron menos del 100%.

Entre todos, el que menos subió en los últimos doce meses es el kilo de asado, que tuvo una variación del 44%. Sin embargo, en ese estudio no están contempladas las fuertes subas que tuvo la carne durante febrero. El mes próximo, cuando salga el IPC de este mes, seguramente se verá un comportamiento de ese producto más similar al promedio del mercado.