La empresa Zefico SA fue reportada ante la Unidad de Información Financiera (UIF) por una serie de operaciones sospechosas, ante el riesgo de un posible lavado de activos. El reporte se realizó el 30 de julio, como parte de las obligaciones a las que están sujetas las entidades bancarias.

Esa empresa tiene un solo empleado registrado y es nada menos que el asesor presidencial Santiago Caputo. Al mismo tiempo que el gobierno de Milei asumía en el poder a fines de 2023, uno de los principales laderos del presidente empezó a figurar como parte de Zefico S.A, vinculada a un amigo de su padre.

Zefico fue constituida por Pablo Costa, padre de Lucas Costa, un íntimo amigo de la infancia de Santiago Caputo, según publicó La Nación. Pablo Costa era, a la vez, amigo de su padre, ya fallecido, Claudio Caputo, que era el escribano del empresario.

Al momento de su contratación de Santiago Caputo, en enero de 2024, Zefico jamás había tenido empleados ni movimientos comerciales. Hasta hace algunos meses, nunca tuvo operatoria.

El reporte fue porque entre abril y junio de 2025, a Zefico ingresaron unos 800 mil dólares. Fue la primera vez que se registraron movimientos de dinero en la sociedad.

La inyección de capital se hizo vía dos transferencias, de dos de los tres socios de la empresa (que son los hijos de Pablo Costa). Lucas y María Costa aportaron, cada uno, 400 mil dólares

El nacimiento de la empresa fue en 2021, con la firma del escribano José Domingo Mangone, quien también intervino en el armado de Anker, la consultora de Luis Caputo, ministro de Economía y Santiago Bausili, presidente del Banco Central.

Frente a esta situación, en la entidad bancaria se activó una alerta y se consultó a los implicados por la proveniencia de los fondos. Ellos contestaron que se trató de una donación del padre.

En consecuencia, Pablo Costa también fue consultado por el origen del dinero. Su explicación fue que se trató de una donación de su madre. Presuntamente, esta le habría regalado US$1.500.000, monto del cual repartieron 500.000 dólares a cada hijo. De allí, supuestamente, provenían los fondos frescos de Zefico.

El banco debió entonces consultar a la madre de Pablo Costa, de nombre María. Ella no explicó de dónde había salido el dinero, pero proveyó una declaración jurada del período enero-diciembre 2023, presentada a mediados de 2024, en la que aparecía el monto como parte de su patrimonio, en concepto de dinero en efectivo.

Ahí surgió un problema: los especialistas que debían analizar esta información contaban con una declaración jurada de 2021 (que repasaba los movimientos de 2020) en la que su patrimonio estaba en cero, no tenía propiedades y nada explicaba cómo había crecido.

Del contraste también se extrajo otra conclusión: no podía tratarse de fondos provenientes del blanqueo, ya que ese comenzó en 2024 y la DDJJ era de 2023.

María no brindó más información sobre los fondos, por lo que el banco debió realizar un Reporte de Operación Sospechosa (ROS) ante la UIF. Este es un documento inusual, que están obligados a presentar los bancos, casas de cambio, escribanos e instituciones financieras, cuando identifican movimientos indicativos de riesgo de lavado de activos.

La UIF, con el reporte de operación sospechosa, deberá realizar evaluaciones e informes que podrían concluir en una denuncia ante el Ministerio Público Fiscal o unidades en el extranjero. La UIF hoy está liderada por Paul Starc, exfiscal federal. Su nombramiento estuvo promovido por el propio Santiago Caputo.

Pese a no brindar información sobre los fondos, la familia sí brindó documentos públicos en los que se dejaba constancia de las donaciones sucesivas en la familia (aunque no se explicaba por qué no se había realizado una donación directa de abuela a nietos).

La escribana que dio fe de esas operaciones, en febrero de este año, se llama Inés Caputo. Es, efectivamente, la hermana de Claudio Caputo y tía de Santiago. Incluso, fue quien tendió puentes con Nicolás Caputo cuando su sobrino era más joven, para ayudarlo a entrar a la política de la mano de Pro, como contaron Manuel Jove y Maia Jastreblansky en su libro “El Monje”.

Un dato adicional: tanto la escribanía de los Caputo como Zefico tienen la misma dirección, en Avenida Santa Fe 1385, aunque en distintos pisos. La primera, en el 11 y la segunda, en el 6.

Caputo le factura servicios al Estado. De esta forma, no está obligado a presentar declaración jurada de su patrimonio.