Zaz canta con la misma naturalidad con la que las personas respiran. Lanza bocanadas sonoras que intercala con inflexiones, scat y hasta bramidos acompañados de una gestualidad cómplice. Cantar para ella es un acto alegre que le explota en el cuerpo y lo comparte con el público: nada queda guardado, la entrega es completa.
Apoyada en su capacidad vocal y en la banda-quinteto que la acompaña, Isabelle Geffroy (Zaz, para el resto del mundo) habitó el escenario del Metropolitano en distintos niveles: jazz, gypsy jazz, pop, swing, rock, una base disco, alguna cita world músic, guitarras flamencas, rhythm and blues y la reverencia a la chanson que plasmó con nombres en los covers de Edith Piaf y Maurice Chevalier.

Todo eso hilvanó en una veintena de temas el último viernes en su tercer concierto en Rosario; un recital que comenzó poco antes de las 21.30 y concluyó a las 23.10.
Lo dicho: a Zaz su arte la trasciende. Tanto es así que para el Organique Tour –la gira internacional que marca su regreso a los escenarios después del parate pandémico– la artista decidió comenzar los conciertos desde el público. Lo hizo acá también, entre pasillos de sillas y palmas abiertas mientras interpretaba “Les jours heureux”.

“Me encantan los actos simbólicos porque convierten lo invisible en visible”, indicó Zaz en español en el comienzo de recital luego de enumerar “los cinco elementos”: agua, tierra, aire, fuego “y las personas”.
Con algunas pocas intervenciones en la lengua de Castilla –como el espontáneo “qué calor”–, la vocalista compartió la mayoría de las explicaciones, los deseos y agradecimientos en francés.
“Imagine”, “Si jamais j'oublie”, “Que vendrá”, “De couleurs vives” y “Ma valse” marcaron la continuidad del setlist. En tanto que con la seguidilla “Les passants”, “Comme ci, comme ça” “Paris sera toujours” y “Laissez-moi” el concierto cambió de tempo: el pop-jazz inicial se aceleró para la irrupción de gypsy jazz (manouche), el swing y el scat de una cantora que se asume juglar.

La adrenalina de este bloque “gitano” se cortó con el slap de Swaeli Mbappe en “On s'en remet jamais”. “La fée” –a garganta viva– y “Tout là‐haut” fueron el prólogo de una interpretación del bolero “Esta tarde vi llover”.
Además del bajista/contrabajista, la sólida banda que acompaña a Zaz está integrada por David Hadjaj, en teclados; Guillaume Juhel Guichto y Nenad Gajin, en guitarras; y Jonathan Grandcamp, en batería.
“Dans ma rue”, el primer cover de Edith Piaf de la noche, en una versión chansonera e intimista abrió la recta final del show con “Serendipia”, “On ira” y “Je veux” en el broche.
Una épica “Le chant des grives” y “La vie en rose” fueron los dos bises del concierto, el penúltimo del Organique Tour en Argentina.
Una sensación puesta en estas y otras palabras se escuchó en la espera frente a la puerta de salida del predio: “Por un rato, la realidad de Rosario fue otra”. La hipnótica Zaz lo hizo posible.