La medicina, la estética, la publicidad, ciertas terapias, los trabajos; todas estas "disciplinas" articulan estrategias de poder sobre los cuerpos. Esas relaciones producen saberes y verdades que, a través de un proceso de naturalización, se tornan “invisibles”. Interrogarse sobre el cuerpo, “moverlo” en otros sentidos conlleva poner en cuestión esos presupuestos. También reírse de ellos.

En clave de comedia de teatro danza, Estar sentados lo menos posible avanza sobre esos otros sentidos posibles para “reflexionar sobre el uso del cuerpo en tiempos de consumo, la alienación y la mercantilización”, explica la dramaturga y directora Soledad Verdún a Rosario3.

“La obra está estructurada en cuatro actos y cada uno aborda desde distintas perspectivas esta temática. La danza clásica entra a escena fuera de su contexto y estética característicos para fundirse con el discurso de las terapias new age”, abunda la también bailarina, profesora de danzas contemporáneas e intérprete de la obra junto a Lorena Concari y Jorge de la Rosa

 La idea es desnaturalizar lo cotidiano, estimular la percepción de los usos del cuerpo en la vida de todos los días y criticar las prácticas corporales que el mercado degrada"

La ficha técnica se completa con el asesoramiento de vestuario de Peonia Veloz, la iluminación de Ignacio Calluso, el diseño gráfico de Paula Verdún, la fotografía de Julieta López, la asistencia técnica de Niche Almeyda y “una silla” (o el lugar que ocupa).

En el cruce de lenguajes –teatro y danza– las palabras (texto) “denuncian el sedentarismo y la alienación en el trabajo” y la danza contemporánea y la improvisación “simbolizan lo que le sucede a un cuerpo que no se mueve”. 

“Lo coreográfico se sincroniza con el texto usando la silla y los diferentes modos de estar sentados”, señala Verdún.

Y continúa: “Si bien esta obra habla del cuerpo y lo hace a través del lenguaje de la danza y el teatro, no es un tema excluyente, no es sólo para «un público que conoce el lenguaje». El propósito fuertemente trabajado es generar una obra que llegue lejos, a un público amplio, que se pueda identificar con las diferentes situaciones que suceden en la obra”.

La “ironía amable” –como apunta la entrevistada– y el humor avanzan sobre “nuestra propia practica que involucra a todos. Utilizamos el humor como vehículo para interpelar y cuestionar”.

estar sentados lo menos posible
Facebook/soledad.verdun

La obra está llena de detalles que para mí son la construcción misma de toda la puesta; la suma de todos ellos. Las sutilezas en el humor también son detalles. En la obra, caminamos por una especie de borde con el humor, que no quiere nunca deslizarse hacia lugares comunes”, detalla Verdún.

—¿Por qué tendríamos que estar sentados lo menos posible?
—El nombre de la obra lo tomamos prestado de un fragmento escrito por Friedrich Nietzsche en Ecce homo (1888)."Estar sentados lo menos posible, no dar crédito a ningún pensamiento que no haya nacido al aire libre, a ningún pensamiento en el que no hayan tenido una fiesta también los músculos, la carne sedentaria es el auténtico pecado". Para mí, el titulo es un juego simbólico de palabras que interpela, genera preguntas, no una afirmación ni la pretensión de que haya que estar sentados lo menos posible

—¿Cuál es el lugar de la silla en la trama?
—La obra comienza con un personaje y una silla. La silla es analizada desde una mirada filosófica a través de preguntas retóricas tale como ¿qué es una silla?, ¿cuánto tiempo de mi vida estuve sentado en una silla?, ¿cómo es estar sentados?, ¿qué siento cuando me siento? La idea es invitar a desnaturalizar lo cotidiano, estimular la percepción de los usos del cuerpo en la vida de todos los días y criticar las prácticas corporales que el mercado degrada. 

Estar sentados lo menos posible se presenta este domingo –y los siguientes de marzo– a las 21 en el Teatro del Rayo, Salta 2991.