Mientras la relación de Flor Vigna y Luciano Castro sigue adelante, la flamante cantante se anima ventilar algunos aspectos del vínculo como, por ejemplo, la intimidad. Claro que en ese abrirse a los medios, la comparación con su ex Nico Occhiato parece inevitable.

"Ya no vuelvo más a esos amores en los que te desvivís, das todo y luego te quedás vacía. Yo ahora estoy en un amor de paridad", expresó Flor a Teleshow.

Basta de creer que el sexo es un servicio o es un show que hay que hacer para ellos”, siguió.

“Tenemos un gran poder y por siglos se nos inculcó el miedo de usarlo. La seducción femenina es poética. Fui aprendiendo a soltar mi sensualidad en una coreo como un hecho artístico, como un lenguaje sin el más mínimo reparo en que alguien suponga que soy puta por eso. ¿Saben qué? Puede ser que tenga 28 mil cosas por aprender, pero soy esto y no me hago cargo de quien no sepa verlo”, siguió.

En otro momento de la entrevista, la actriz afirmó: “Era muy virga. Flor Virga. Yo no descubrí nada del sexo hasta después de los 25 años. Apenas sabía hacer un misionero. Y admito que fue una responsabilidad mía”.

"Pensar que nada tiene sentido sin el otro. Ves que es todo o nada con esa persona y eso es realmente muy peligroso", afirmó.

“Me redescubrí a mí misma por un nuevo amor”, reflexionó Vigna sobre su relación con Castro.

“Pasó con Lucho. Cuando él me dijo: «Qué lindo que es ese lunar que tenés ahí» y yo me enamoré de ese lunar. De un lunar al que jamás le había puesto atención. La conexión con otro, con su mirada, con su piel, te hace percibirte de otra forma. Y todo, hasta el entrelazamiento de los cuerpos, comienza a tener otra connotación. El morbo te resulta banal y lo que sentís, lo que pasa entre los dos, pasa a ser místico”, remarcó.