Antes de su primera presentación en la ciudad, la compositora mendocina Mariana Päraway dialogó con Rosario3.com. En la entrevista, se definió como "guitarrista" y explicó que se resiste a las "etiquetas" que la industria pone a la música: "Son canciones que te mueve la emoción. Nada más".

La charla telefónica también hizo pie en su trabajo como docente de música de niños y niñas, y en su inagotable curiosidad por sonoridades, fonéticas e instrumentos, al tiempo que dio pistas de su nuevo disco.

Según anticipó, Mariana Porta –el apellido que figura en el DNI–, el show funcionaría como una suerte de despedida de Hilario, su tercer álbum, el sucesor de Los peces (segundo opus) y El tiempo (el primero).


El 2015 fue un año de ruptura para Mariana Päraway: una masividad que se gestó en un boca a boca –el tan remanido «escuchate esto»– y decantó en una intensa agenda para este 2016.

“Fueron un par de años sin vacaciones”, aseguró, entre risas. Tanto es así que pasó el último verano “encerrada” componiendo los temas del nuevo álbum que tiene como productor a Ernesto García (Mujer divina, de Natalia Lafourcade) y cuya mezcla se completaría antes del cierre de este año.

Para más datos, Päraway es profesora de música de chicos de sala 4 y hasta segundo grado, una situación que la "libera del hecho de ser adulta" y le permite jugar. Allí ella es la “señorita Papa frita”.

Sus canciones cruzan el pop, el folk, la música folclórica, los loops y todo aquello que pueda aprender (o traerse de algún viaje). Eso sí, en su búsqueda se resiste a las etiquetas de la industria o, como ella las llama, "los tags".

"No me pongo objetivos de decir «quiero hacer que una canción suene asá (sic)». Seguro que no me va a salir. Porque adentro hay algo que quiere salir y no sé si lo estoy leyendo tan bien o lo estoy imponiendo. Me parece que no pasa ahí. Para mí son canciones que te mueven la emoción", abundó la guitarrista.


Las cuerdas como pulso

A la hora de contar cómo fue su primer encuentro con las canciones, Mariana respondió con un recuerdo familiar: su mamá escuchaba discos de Bee Gees, Pablo Milanés y María Creuza, entre otros y otras.

Pese a que el impulso inicial (a los 6 años) fue el de aprender guitarra, tuvo que pasar por "el coro y la flauta" hasta que a los 16, llegaron las cuerdas: "Y seguí agregando porque se ve las cuerdas hacen que algo me vibre adentro”.

La entrevista

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