El último martes, la modelo y presentadora Luli Fernández contó en primera persona, en medio de una crisis de llanto y nervios, cómo dos delincuentes armados ingresaron a su hogar para robar.

En el relato, Luli detalló que hubo amenazas de llevarse a su hijo de un año, Indalecio Cúneo Libarona.

Sin embargo, más allá de las muestras de solidaridad recibidas, hubo comentarios en redes sociales sobre si había mediado ¡una operación estética!. 

 “Acaban de entrar a robar a nuestra casa, en Villa de Mayo de Los Polvorines, en el partido (bonaerense) de Malvinas Argentinas. Les pido perdón, pero se mueve el teléfono porque estoy templando. Me hicieron tirar al piso, nos amenazaron con armas y me dijeron que se iban a llevar a Indalecio”, comenzó Luli el video  que compartió.

Sobre el rebote que tuvo su historia en redes sociales, la panelista de Alejandro Fantino respondió con un hilo en Twitter.

Gracias a todos los que se preocuparon y nos mandaron sus mensajes de cariño. El domicilio donde me entraron a robar es donde vivo desde una semana antes de que se anunciara la cuarentena obligatoria”, comienza la seguidilla de tuits.

“Habitualmente vivimos la mitad de la semana en el centro y otra mitad de la semana en Villa de Mayo por cuestiones personales y familiares. Aclaro esto porque se entendió mal y algunos sugirieron que estábamos mitad de tiempo en cada casa actualmente. Eso no es así. Estamos en cuarentena como todos”, continuó.

A los que se preocuparon si me operé la cara cuando estaba compartiendo que me entraron a robar con armas y amenazaron con secuestrarme a mi hijo, los abrazo y les deseo mi energía más amorosa. La necesitan. No me operé nada, soy así «diosa» naturalmente”.