O no pueden escribir ciertas notas en los medios de comunicación tradicionales o ya no forman parte de alguna redacción o ejercen otro tipo de trabajo y entonces ellos mismos se abren, como un aventurero sin mapa, sus propios espacios para publicar. Espacios para explorar con sus textos sobre los héroes y villanos del fútbol, desnudar los algoritmos digitales que censuran tetas y pezones, bucear en los ecos del franquismo desde la particularidad de un rosarino exiliado en España y pensar, como no, sobre la pandemia. Ese manojo de deseos singulares de pronto se une y crea La Newsletería, un colectivo de periodistas y comunicadores de alrededor de 30 años que viven o son de Rosario. Pero a no confundir, dicen y marcan distancia: “No somos un nuevo medio”. ¿Qué son? Veamos.

Bruno Correa es periodista, trabajó en medios de la ciudad y ahora lo hace en comunicación de la Municipalidad, sobre en todo en modernización y redes sociales de los distritos. Pero este año se lanzó a escribir historias de fútbol y así nació el newsletter Cabeza de pelota.

Cada domingo, hace ya 30 semanas (es el más experimentado del grupo), envía por mail a sus contactos sus crónicas, historias o curiosidades ligadas al siempre generoso mundo de la pelota.

“Somos siete periodistas que nos juntamos y logramos armar una grilla de contenidos de lunes a lunes. Todos los días tenemos un newsletter distinto y ojalá se sumen más colegas, cada uno con una mirada propia”, afirma Correa.

Además de permitir a los autores ejercer el oficio periodístico, esa modalidad genera “una relación súper íntima, acceder al correo de otra persona, llegarle a alguien que te lee como si fuera una carta”, agrega el vocero del grupo.

Los envíos tiene un promedio de 200 suscriptores cada uno y se leen sin tiempo. “Yo mando los mails los domingos y se abren un 20 por ciento ese día pero después eso sigue vivo y veo que el miércoles sube a un 50 por ciento de lectura”, describe sobre la dinámica.

En el otro extremo de Correa, está Paula Turina, la última en sumarse al equipo con su Lectora voraz, sobre “literatura y el fascinante mundo de los libros”. Ella comenzó el 14 de julio y lleva tres entregas: los martes a la mañana.

“El primero que hice se llamó «La lectura como libertad». En tiempos en donde el mundo nos quiere hacer cada vez más productivos y tenemos menos tiempo libre, la lectura sigue siendo un lugar de resistencia a esa cotidianeidad tan apabullante. Me encanta el concepto de la inutilidad del acto de leer. Ahí recomendé un libro del escritor y educador Carlos Skliar: «La inútil lectura»”, cuenta.

Turina asume el desafío de “dar voces a escritoras que han sido invisibilizadas a lo largo de la historia” o se mete en temas de debate público como “la necesidad de crear un Instituto Nacional del Libro Argentino”. 

A veces no es tan difícil de explicar algo: el universo que se le abrió la hace feliz: “Llegar a las bandejas de entrada de lectores y lectoras y que haya una devolución, me sorprendieron las respuestas, más de lo que pensaba, el ida y vuelta que se genera está buenísimo”. Ella confirmó además que su pasión por la lectura no era un arrojo en una botella al mar: “No es algo unidireccional, hay un intercambio. Es eso, contagiar ese amor por los libros”.

Espacio autogestivo y decisiones propias

 

Andrés Actis también trabajaba en un medio tradicional pero cayó en la ola de despidos de cronistas durante el macrismo. Se fue a vivir a España en 2019 y un virus alteró todos sus planes. Mientras el tiempo aclaraba, y él seguía con un pie en Rosario y otro en Madrid, hizo de ese estado intermedio el eje de su newsletter "10 mil KM".

“Nació como una necesidad. Los medios españoles en los que colaboraba desde mi llegada (fines de diciembre del año pasado) dejaron de pedirme artículos por el sacudón económico de la pandemia. Había generado un nicho vinculando a temas con denominadores comunes en España y Argentina, dos países que tienen una relación estrecha, histórica y cotidiana como pocos en el mundo. ¿Regalo mi laburo para tener visibilidad o genero mi propia plataforma, mi propio espacio autogestivo?, me pregunté varias veces durante el encierro. Me incliné por la segunda opción”, introduce Actis.

El ex periodista de Clarín agrega: “¿Por qué un newsletter y no un blog o una página web? Por la idea de comunidad. Me gustó el desafío de armar un boletín informativo semanal con una red voluntaria (y consciente) de suscriptores. El newsletter genera, vaya paradoja, un contrato de lectura tan íntimo como colectivo. Y rompe con el formato de la lectura rápida y volátil del click. Hay suscriptores que leen mis envíos hasta dos o tres semanas después de recibirlos”.

Según describe el autor, 10 mil KM narra historias como la de Mika Feldman, la santafesina que se puso al frente de una milicia republicana para convertirse en la mujer con mayor rango militar de toda la Guerra Civil española; o la de Carlos Bosch, el fotógrafo argentino que, en el exilio, se infiltró durante dos años entre los fascistas de Madrid.

Otra de las integrantes de la cofradía es Ivana Mondelo. Hace dos meses abrió Siempre Cyborg Nunca Diosa, envío sobre cultura digital y tecnologías con perspectiva de género: desde violencia y censura de los cuerpos hasta el impacto del teletrabajo.

“Me interesa aportar una mirada crítica sobre las tecnologías para que podamos preguntarnos sobre sus usos y su desarrollo. Por ejemplo, las plataformas que estamos usando: ¿por qué las usamos? ¿cuáles son sus orígenes? o ¿qué hay detrás de ellas? No se trata de dejar de usarlas sino justamente de tener una actitud crítica frente a ellas, conocer lo que implican para poder tomar nuestras propias decisiones”, cuenta.

Para Mondelo, “la tecnología no es neutral y el espacio digital está atravesado también por las desigualdades que vivimos en el mundo offline”. “La brecha de género digital hoy no se centra únicamente en el acceso a la tecnología sino también en los usos, en las habilidades desarrolladas y en el rol que las mujeres y disidencias ocupamos en torno a ellas. Por eso creo importante hacer foco ahí, en los vínculos y el impacto de las tecnologías en la vida de las mujeres”, define.

Uno por día

 

El newsletter parte del individuo que redacta pero se hace realidad con los suscriptores que dejan sus direcciones de correo para recibir esos textos en sus casillas. Así nace una comunión que llega al bolsillo digital de la dama y el caballero, para leer cuando desea. Tienen, además, un sitio que aloja los contenidos de cada uno: un archivo visitable.

Lunes: Santa Rosca, análisis e información sobre política provincial, de Pablo Fornero.

Martes: Lectora Voraz, literatura y el fascinante mundo de los libros, Paula Turina.

Miércoles: Palabras Mayores, historias inspiradoras de adultas y adultos mayores, Georgina Paladino.

Jueves: Curiosa Neurona, ciencia, salud y divulgación, de Verónica Peyrano.

Viernes: Siempre cyborg, nunca diosa, culturas digitales con perspectiva de género, de Ivana Mondelo.

Sábado: 10 mil KM, crónicas e historias que une España y Argentina, de Andrés Actis.

Domingo: Cabeza de Pelota, historias de fútbol, de Bruno Correa.

Si bien existen formas de “monetizar”, es decir recibir ingresos, los integrantes de La Newsletería por ahora buscan consolidar sus espacios y más adelante pensarán en alternativas posibles para generar dinero y sostener sus trabajos (desde un mecenazgo, que es proponer a los lectores una colaboración, hasta añadir suscripciones pagas con contenidos exclusivos).

“Buscamos hacer un periodismo de calidad como causa, retomar la sana costumbre de contar historias, renovar el contrato de lectura con vínculos de confianza especiales”, describe el creador de Cabeza de Pelota.

¿Son un medio digital?

 

Lo que nace como un impulso personal, después se constituye en un esfuerzo grupal. Se coordinan envíos, se discuten propósitos. Periodistas y escritores que comparten un espacio de difusión, con una salida periódica, con temáticas diversas, como si fueran secciones. ¿No es eso un nuevo medio de comunicación digital?

“No lo pensamos así, ni como empresa o multimedio. No tenemos ni la infraestructura ni el objetivo de conformar un medio. Tampoco somos un reemplazo: hacemos un periodismo de autor generador de sus propias audiencias”, relata Correa.

Actis agrega: “La Newsletería es una plataforma periodística autogestiva y horizontal que está a las antípodas del modelo hegemónico del clickbait. Es una original y pujante comunidad de comunicadores y periodistas. Creemos que en los márgenes hay terreno fértil para hacer buen periodismo”. Correa aclara (confiesa) que al ser un “camino experimental, puede salir para cualquier lado”.