Un César Luis Menotti auténtico, aplomado y certero. En diciembre de 2016, el Flaco brindó una entrevista exclusiva a El Tres, la última para esa pantalla, y dejó una interesante reflexión acerca de un debate que sigue vigente y genera una enorme grieta en el fútbol argentino: los clubes como entidades sin fines de lucro y en manos de los socios, o la posibilidad de que sean transformados en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), como pretende, entre otros, el presidente Javier Milei.

En la nota con De 12 a 14, el periodista Miguel Tessandori le dio pie a Menotti, quien falleció el último domingo a los 85 años, para hablar de Rosario, su ciudad natal. “Siempre estás volviendo”, le dijo. Y el primer entrenador campeón del mundo con Argentina respondió: “Yo sí, a la ciudad vuelvo. Apenas me fui, terminaba de jugar los domingos y las subía a mi mamá y mi esposa en el auto, les decía «vamos a comer a San Isidro». Seguía y seguía y les decía, «ya que estamos acá, ¿no nos vamos a Rosario?»”.

El Flaco, que en aquel diciembre de 2016 fue declarado como deportista y técnico distinguido de Rosario por el Concejo Municipal, sintetizó cómo funcionaba su inquebrantable relación con la ciudad. “Es mi casa, mi ciudad, mi club. Siempre digo lo mismo, si algo bueno tengo lo aprendí en Rosario. Nadie me enseñó nada que no esté ligado a defender tus derechos, a querer una ciudad mejor, a ser feliz con los lugares que transitábamos en mi juventud”.

La continuidad de la charla lo llevó, como no podía ser de otra manera, a hablar de Rosario Central, el equipo de sus amores, donde debutó como futbolista y al que pudo dirigir técnicamente en 2002, pero también de un tema que permanece en debate en la actualidad y –como antes– genera una enorme grieta en el fútbol argentino. 

Menotti sostuvo que “hay sociedades sin fines de lucro que no las controla nadie, entonces aparece un boletín en la AFA que dice que le dieron 2.300 millones –a un club– y nadie sabe a dónde están y cómo lo gastaron”. 

Acto seguido, pese a cuestionar el manejo dirigencial de los clubes en general, dejó en claro su postura asociándola a lo que deseaba para el Canalla: “Yo quiero sociedades sin fines de lucro. De ninguna manera se me pasa por la cabeza que Rosario Central tenga que vender el club a sociedades anónimas, pero sí hay que tratar de cuidarlo desde todos los lugares”.

“El fútbol ha tenido 30 años de pasar de ser un escenario de emociones, felicidad y participación a los escritorios de los grandes negocios. Al final terminaron siendo negocios para algunos y los clubes están en una situación de crisis imposible de resolver. El debate es muy amplio, muy difícil”, concluyó en su análisis la leyenda rosarina. 

La discusión no es nueva, aunque la llegada a la presidencia de Milei, en diciembre del año pasado, reavivó el fuego a partir de la intención concreta del libertario de permitir que los clubes argentinos puedan ser privatizados, algo que hoy está prohibido. Incluso fue uno de los capítulos de su mega DNU, pese a que luego la Justicia declaró ese apartado como "inválido" a partir de una presentación de la Asociación del Fútbol Argentino y de la manifestación en contra de la mayoría de las instituciones. 

En las últimas semanas, Pablo Toviggino, el tesorero de la AFA y mano derecha del presidente Claudio Tapia, descerrajó toda su artillería contra Juan Sebastián Verón y Andrés Fassi, los presidentes de Estudiantes y Talleres, proclives a la instalación en Argentina de las sociedades anónimas deportivas (SAD).

Pero quizás –como postuló el periodista Alejandro Cachari en Rosario3– involuntariamente destapó la estrategia del ente regente del fútbol argentino: la AFA prepara un proyecto para involucrar a los privados en el fútbol, algo que ya sucede en unas cuantas instituciones bajo el nombre de gerenciamiento, sin poner en riesgo el formato de sociedades civiles.