El cambio de calendario no trajo paz a Rosario, al menos en el arranque. En los primeros diez días de 2015 se registraron nueve homicidios, una cifra que se incrementa al ritmo del mismo mes del año pasado cuando sólo en enero se contabilizaron 32 crímenes en el mismo departamento.

Ese panorama transcurre tras el retiro de gendarmes y prefectos de la ciudad, un hecho que generó acaloradas discusiones entre funcionarios locales y nacionales y también hacia el interior del partido Socialista. El punto de debate se centra en la necesidad o no de las fuerzas federales en Rosario y si la policía provincial ya está preparada para brindar seguridad a la población.

En las primeras horas del 2015 tres crímenes sacudieron a la ciudad cuando los festejos de Año Nuevo aún no terminaban.

Un joven de 24 años fue asesinado en el medio de la calle en zona oeste cuando se encontraba festejando Año Nuevo en la vereda. En Gaboto y Larrea, un hombre se acercó y le efectuó seis disparos. Luego del hecho, testigos aseguraron que la víctima tenía problemas con varios vecinos de la zona.

El mismo día, el primero de 2015, cerca de las 4 de la madrugada un ciudadano peruano de 47 años fue asesinado en barrio República de La Sexta. Ocurrió en Pasco y Nechochea y según fuentes policiales, el hombre mantuvo una pelea con otros sujetos y recibió una puñalada.

El tercer homicidio sucedió en Cabín 9, durante una discusión entre vecinos. Un joven de 21 años murió de un disparo en el tórax como consecuencia de esa pelea.

El domingo 4 de enero, Jonathan Ezequiel Herrera de 23 años murió cuando estaba lavando su auto en la vereda y recibió tres tiros originados de una persecución policial a un delincuente que había robado una juguetería en zona sur. Nueve uniformados de la nueva Policía de Acción Táctica (PAT) y del Comando Radioeléctrico perseguían a un ladrón de 19 años y en el intercambio de disparos cayó muerto el joven vecino que estaba en la vereda y no pudo protegerse de la balacera. Por el hecho, se investiga la responsabilidad policial en una causa judicial que encamina el fiscal Adrián Spelta.

Otro hecho violento, ocurrió el miércoles 7 de enero cuando mataron de tres balazos a un joven de 20 años en barrio Ludueña. Cerca de las 14, en Casilda y Teniente Agneta, la víctima fue acribillada cerca de un punto de venta de drogas. El hecho derivó en la furia de vecinos que intentaron derrumbar el quiosco de drogas. Tras el caso, cuando los policías, el fiscal y los periodistas trabajaban en el lugar, dos hombres en moto pasaron a los tiros y agregaron más tensión en el barrio tras el homicidio.

El 8 de enero fue otra jornada sangrienta en el departamento Rosario. En Villa Gobernador Gálvez mataron de un disparo en la cabeza a un hombre señalado como narcotraficante. Hombres armados ingresaron a su casa en la madrugada y después de ejecutarlo se llevaron el auto y otros objetos de valor.

El viernes 9 de enero a la madrugada mataron a una mujer en zona sur, cuando caminaba por Mitre y bulevar Segui. De acuerdo a la versión policial, la víctima estaba con su novia y bala habría provenido de un auto blanco que pasó por al lado y apuntó a su cuello. Sin embargo, su hermana descartó su homosexualidad y se inclinó por la hipótesis de un intento de robo. Murió a poco de ingresar al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).

Finalmente, este sábado 10 de enero se conocieron otros dos asesinatos. Un profesor de música de 58 años fue asesinado en un intento de robo cuando volvía a su casa y fue sorprendido por dos delincuentes en moto. Al no entregarles dinero, le efectuaron al menos un disparo en el pecho y falleció en el acto. El hecho generó conmoción en el barrio de Arroyito.

Por otro lado, un chico de 15 años falleció en la madrugada del sábado luego de un tiroteo en el barrio Santa Lucía. Los familiares de la víctima intentaron salvarle la vida trasladándolo al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), pero el joven falleció por una herida de bala en el tórax.