El jefe narco Julio Andrés Rodríguez Granthon sumó su tercera condena por narcotráfico. Este miércoles al mediodía, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 3 le dio 10 años de cárcel y unificó la pena en un total de 21 años de prisión. Los jueces Osvaldo Facciano, Mario Gambacorta y Eugenio Martínez Ferrero también le dieron 7 años de prisión al financista Gustavo Shanahan, ex titular de la Terminal Puerto Rosario, por haberle vendido dólares a la estructura que se dedica a la venta de droga en la zona de Villa Banana. 

En la resolución, también fue condenado Alfonso Sebastián Sciortino a 6 años de cárcel, a Gustavo Báez Aguilar y Juan Román González el monto de 3 años de prisión de ejecución condicional –quienes inmediatamente recuperaron la libertad, pero deberán cumplir reglas de conducta–. En tanto, resultó absuelto Néstor Alfredo Ciotti.

El fallo marca una bisagra y siente jurisprudencia, ya que Shanahan estaba sospechado de proveer de dólares a la banda, que necesitaba esas divisas tanto para lavar dinero como para comprar la cocaína que necesitaba para abastecer sus búnkeres de la zona oeste. En escuchas telefónicas ventiladas en el derrotero de la investigación, Facundo Pérez –la mano derecha del líder narco que recién fue arrestado en julio de este año– le comentó a Rodríguez Granthon que en la financiera del ex titular del puerto de Rosario le hacían un “recargo” del 2 por ciento por encima de la cotización del día del dólar blue.

Las conversaciones entre Granthon y su lugarteniente Pérez sugiere un dolo, un conocimiento previo de las personas de la financiera en operar con personas cuyo dinero puede haber sido obtenido de manera mal habida.

Entre las evidencias que conectaron a la banda con Shanahan están las filmaciones de integrantes de la organización con mochilas y bolsos que acudían a la financiera situada en España al 800. También a otra de Ovidio Lagos al 400 que era regenteada por Marcos Díaz, actualmente prófugo. Casualmente, uno de los bolsos filmados fue encontrado en la oficina de Shanahan durante los procedimientos de la División Antidrogas de la Policía Federal de Rosario. Una característica curiosa: estaba cargado de dinero en efectivo en billetes de baja denominación, que supone que era la recaudación de un búnker.

El bolso que salió de un búnker y fue encontrado en la financiera de Shanahan.

El juicio por el operativo “Cuevas blancas” –así lo denominó la División Antidrogas de la PFA de Rosario– se había iniciado el 6 de noviembre pasado y tuvo en su primera jornada como protagonista al jefe narco que está detenido en Marcos Paz. El “Peruano” o “Coco”, como se lo conoce, dijo que actualmente tiene cuatro hijos, tres de ellos con una ex pareja y un bebé con su última novia. Al responder preguntas de protocolo del tribunal, aseveró no tener dinero para pasar de manutención a sus primeros tres hijos. "No puedo ayudarlos económicamente por mi situación", alegó.

La situación no pasó desapercibida para el fiscal del juicio Federico Reynares Solari, quien le preguntó qué pasó que en 2021 operaba dólares en cuevas del centro de Rosario y ahora no tenía dinero para pasar a su ex pareja. "La estadía acá te hace perder muchas cosas", respondió.

En un primer momento, el recluso refirió a las comunicaciones telefónicas que figuran de él en la causa, donde habla con un presunto ladero de hacer operaciones con dólares en la cueva de Shanahan con un recargo de un 2 por ciento. Si bien para el Ministerio Público Fiscal ese porcentaje adicional sería porque desde la financiera conocían la procedencia sucia del dinero, Rodríguez Granthon explicó que ese plus se pagaba porque en el intercambio él entregaba cheques "a 45 días".

“¿De qué operación aparecían esos cheques?”, repreguntó el fiscal de juicio Federico Reynares Solari. “Eso sería materia de investigación de ustedes. No eran billetes. Lo dejo a tu criterio”, fue la respuesta locuaz de Granthon, a lo que el fiscal ironizó: "Como Karina Jelinek, lo dejás a mi criterio".

El jefe narco, en paralelo, afronta un juicio provincial por estar imputado por haber participado en el plan por el que mataron el 14 de julio de 2020 al ex concejal Eduardo Trasante en su domicilio de San Nicolás al 3600.