Ángel Di María convirtió un golazo en el histórico triunfo de Central ante Newell's en el clásico rosarino. Fue su primera victoria en un derby de la ciudad y la primera vez que le convirtió al eterno rival. Tras el partido, completamente emocionado y sin poder contener las lágrimas, Fideo le dedicó la alegría a los hinchas y a su familia.
"Sufrí mucho hace un tiempo porque quería cumplir este sueño de estar en el Gigante cada fin de semana con mi familia. Sé que muchos me putearon en su momento y no saben cuánto sufrió mi familia, esta victoria es para ellos y para mi familia, mi mujer y mis hijas que sufrieron conmigo", fueron sus primeras palabras tras ganarle a la Lepra en Arroyito.
"Sufrieron un montón por mí, darles esta alegría es único. El destino es así, la vida me llevó por muchos lados y terminé volviendo donde soy feliz de verdad", dijo Fideo, que le dio el triunfo a Central en el clásico el mismo día que se cumplen de 18 años de su gol en la final de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 ante Nigeria.
"Esto es increíble, no tengo palabras, el encargado de los tiros libres es Nacho (Malcorra) y la zurda de él se me pasó a mí", agregó y cerró: "Toda una vida soñando esto, con lo que pasó hoy ya no sé qué más pedir, solo queda ser campeón con Central".
Antes de ejecutar el tiro libre que cambió la historia de este clásico, Di María le dio un beso a la pelota. "Mi jermu (su esposa, Jorgelina Cardoso) me había dicho que cuando tenga una, lo haga. Lo hice y se dio", dijo después del partido sobre esa acción.