“Este clásico es increíble y determinante para los clubes”, dijo Ariel Holan el lunes último en Radio 2 todavía contaminado de las sensaciones del partido más importante del año para canallas y leprosos.

“Todos los clásicos son importantes, pero a este lo distingue que es determinante en los clubes y es increíble cómo se vive este partido”, amplió.

Y sí, es determinante. El ex DT de Independiente tiene ahora unas espaldas que lo llevarán sin sobresaltos hasta el final de la temporada. Pero a pesar de vivir en estado de gracia, Holan tiene un desafío que arranca esta tarde en Junín.

Prohibido relajarse. Es muy fuerte lo que se vive en el clásico y muchas veces le pasó a Central, también a Newell’s, que después de ganar ese partido, lo que siguió fue complicado.

Central tiene dos objetivos a la vista que necesitan de un equipo metido de lleno en el torneo. El clásico ya es historia, aunque haya una tendencia a seguir disfrutando y dándole mala vida, folclórica, claro, al rival de siempre. Eso debe quedar sólo para los hinchas.

A veces los rivales no están dentro de la cancha sino en los intangibles

Central, y Holan, necesitan enfocarse de lleno en los dos grandes objetivos que el equipo debe alcanzar de aquí a fin de año: la tabla general y el torneo Clausura.

Una cosa tiene que ver con la otra, pero, como se escribió más arriba, la relajación suele ser un enemigo silencioso en la búsqueda de metas que hoy parecen probables y posibles.

Central lidera la tabla general y si se mantiene se asegura un lugar en la Copa Libertadores del año que viene. Pero, además, si cierra la temporada en el primer lugar se asegurará un cupo para jugar la Supercopa internacional, que disputan el primero de la tabla anual y el vencedor del Trofeo de Campeones.

Veliz y Santi López con sus cabezas platinadas por una promesa tras el clásico ganado

Terminar entre los ocho primeros de la Zona B también es un objetivo para pelear por el campeonato. Central sabe cómo hacerlo. En 2023 entró por la ventana y terminó siendo campeón. Ahora es muy importante cerrar las 16 fechas lo más arriba posible para definir los mano a mano de local hasta la final que se juega en campo neutral.

Pero a veces los rivales no están dentro de la cancha sino en los intangibles. Distenderse después de ganar el clásico es muy común, pero no debe pasar.

Central no venía jugando bien en el Clausura, aunque no perdió, y renació futbolísticamente en un gran segundo tiempo, dimensionado sobre todo por la envergadura del partido.

Hoy el escenario, el contexto, será muy distinto, pero el objetivo debe mantenerse a rajatabla para que el equipo consolide su andar en las dos tablas en las que compite.

El desafío debe ser mantener el alto grado de competitividad que tuvo en el segundo tiempo del clásico.
Individualidades le sobran para mantenerse como protagonista. La cabeza debe funcionar a la altura de las potencialidades.

De eso se trata el partido de esta tarde frente a Sarmiento y los otros nueve que vendrán en esta fase de grupos del torneo Clausura que clasifica a la Libertadores y también permite competir por el título.