No hay monedas que perder. Nada de arrojarlas de espalda y que se sumerjan en el fondo para que los deseos se hagan realidad. La fuente de la Bajada Sargento Cabral solo le cumple los sueños a un grupo de cartoneros que distantes de creencias populares, acuden a la Fuente de las Utopías por su agua que, de alguna manera hace el milagro: basta con mojar los cartones para que crezcan en tamaño y peso.

La foto parece un cuadro. La tarde del sábado los encuentra con las patas en la fuente, ésa que logró por mucho tiempo recrear un rinconcito francés o italiano en medio de tanto sur. Hermosa pieza artística creada por Carlos Righetti, uno de los primeros estucadores de Rosario, fue instalada en medio de edificios emblemáticos de la arquitectura local en 2004, como buen augurio. Las utopías podrían fluir al sol y reflejarse como pececitos espejados.

En 2020 la pandemia de coronavirus pone de rodillas la economía del país. Rosario no es ninguna excepción: la crisis empuja al centro lo que se intenta mantener en los márgenes. El incremento del cirujeo, la mendicidad y la venta informal de artículos baratos late en las calles y transforma los espacios públicos. Se los apropia.

La sofisticada escultura hoy emana agua para cumplir el sueño de chicos y chicas que se ganan la vida juntando cartón. Mojarlos les permite un ingreso extra, algo más de dinero en las manos.  Habrase visto, una fuente que escupe  monedas en lugar de tragarlas.