Michel Temer, de 75 años, es desde este jueves el presidente interino de Brasil tras la aprobación del juicio político a Dilma Rousseff, que la suspende de su cargo por 180 días. El veterano político podría ser el jefe de Estado hasta 2018 en caso de que la dirigente del Partido de los Trabajadores sea declarada culpable de maquillar las cuentas públicas.
El dirigente del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), partido que formó una coalición con el PT de Rousseff, es un abogado constitucionalista que fue tres veces presidente de la Cámara de Diputados durante sus seis mandatos como legislador.
Rousseff acusó a Temer antes de que se realizara la votación del impeachment en Diputados de ser un "traidor" y el "jefe de los conspiradores". Sucedió tras la difusión de un audio en el que se dirigía "al pueblo brasileño" proponiendo un "gobierno de salvación nacional", como si estuviese ensayando un discurso como presidente.
El Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) formó las dos coaliciones que llevaron a Dilma Rousseff a la presidencia, en 2010 y en 2014. Sin embargo, el partido no presente un candidato propio a la presidencia desde 1994.
Temer envió una carta a la suspendida mandataria seis días antes del proceso de juicio político donde se quejó de no haber sido más que un "vice decorativo" y una víctima de la "desconfianza" y "menosprecio" del gobierno.
Según precisó la BBC, estudios de la encuestadora Datafolha previos a la suspensión de Rousseff, solamente el 2 por ciento de los brasileños dijo que votaría por Temer en una elección presidencial, mientras que el 60 pidió su renuncia. En tanto, un 58 por ciento manifestó que también debería enfrentar un juicio político.
Temer asumió en 1982 como procurador General de San Pablo y luego pasó a la Secretaría de Seguridad Pública del Estado. Fue diputado en 1994, 1998, 2002 y 2006. Fue electo presidente del PMDB en dos oportunidades y tres veces presidente de la Cámara Baja del vecino país.
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