La retracción de las ventas ya provocó cambios en la forma de comercialización de algunos productos, entre ellos los de carnicería. Un ejemplo claro se observa en algunos supermercados correntinos, donde ofrecen algunos cortes de carne fraccionados de a 100 gramos.
El precio de la carne vacuna subió 24% durante el primer cuatrimestre del año, respecto de los valores de diciembre, por lo que el kilo de carne molida alcanzó los 124,90 pesos, en mayo.
Carteles amarillos con letras y números rojos y grandes muestran un fuerte impacto ante los ojos de los consumidores, con la idea de representar que el precio no es tan elevado al ofertar por 100 gramos y no mostrar de la misma manera el costo por kilo.
Los carteles escritos a mano cambian de precio todos los domingos y muestran sólo los cortes más baratos de carne, mientras el costo del asado es exhibido en tamaño minúsculo, de acuerdo a un relevamiento realizado el domingo 15 de mayo por Noticias Argentinas.
Un caso es el de una sucursal céntrica de Corrientes con carteles que muestran los 100 gramos de molida especial a 12,49 pesos, por lo que el kilo llega a 124 pesos; y la molida común a 4,99 psos, es decir, 49,90 pesos por kilo.
El mismo lugar exhibe en números grandes los 100 gramos de puchero económico a 4,99 pesos, casi 50 pesos pesos, mientras que sin mostrar los precios el kilo de costilla de novillito, el asado más deseado, oscila entre 115 pesos a 123 pesos.
Se trata de una estrategia comercial de grandes cadenas de supermercados que operan en la capital de Corrientes, mientras que en carnicerías más chicas el precio del asado se ubica entre 105 pesos y 115 pesos en el centro de la ciudad y en los barrios más alejados se consigue a costos que van desde los 85 pesos a los 98 pesos.
El precio de la carne en la capital correntina subió en promedio un 24 por ciento durante el primer cuatrimestre de 2016, al tiempo que enero no se observó ninguna baja pese a la caída del consumo que, generalmente, se registra luego de las fiestas de fin de año.
Carniceros y proveedores advierten que, pese a que la gente compra menos carne que el año pasado, el precio necesita sostenerse y volver a subir en julio por varias razones que implican una fuerte inflación de costos: aumento del 30% en los combustibles y de 150 por ciento en la tarifa de la energía eléctrica que se utiliza para las cámaras de frío.
Otra razón que se suma es la merma de la oferta de carne por las inundaciones registradas en Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos, lo que perjudicó a los productores ganaderos que tienen menos animales para vender.