El director de cine Jean-Luc Godard, referente de la Nouvelle Vague, murió este martes a los 91 años. La noticia del fallecimiento del cineasta nacido en París en 1930 fue informada por el diario Libération.
Su partida supone la desaparición de la última figura que quedaba viva de la Nouvelle Vague, la generación que revolucionó el cine francés y después el mundial.
Entre finales de la década de 1950 y buena parte de la de 1960, las cintas de directores como François Truffaut, Claude Chabrol, Agnès Varda, Éric Rohmer, Jacques Rivette o Jean Eustache, además del propio Godard, sacudieron los cimientos del cine.
Muchos de ellos comenzaron como críticos de cine que querían llegar a ser realizadores, y así tanto Godard como Truffaut (grandes amigos) y otros más surgieron de la entonces recién creada, y ahora ya imprescindible, revista Cahiers du Cinéma.
Uno de sus objetivos fue que los directores fueran autores completos, con control creativo de las cintas. Con frecuencia, fueron guionistas de sus propias películas.
Otra gran novedad fue su forma de seleccionar los temas (sobre todo los profundos sociales de la época) unida a la forma realista y cruda de mostrar las historias, con un lenguaje cinematográfico directo que mostraba una fotografía fiel de la sociedad.
Tras algunos cortos o largos sin mucha repercusión, títulos como Les Quatre Cents Coups (Los 400 golpes), de Truffaut, o À bout de souffle (Al final de la escapada), del propio Godard, ambos de 1959, fueron los que lanzaron el movimiento.
Más adelante, otros autores fueron considerados miembros de la "nueva ola", como Louis Malle o Alain Resnais (Hiroshima mon amour, 1959).
À bout de souffle, el primer largometraje de Godard, narra la historia de amor parisina destinada a la tragedia entre un delincuente de poca monta de provincias (un joven Jean-Paul Belmondo) y una joven estadounidense (Jean Seberg).
La cinta tuvo dos millones de espectadores en Francia y estuvo en cartel diecisiete semanas en Estados Unidos, lo que supuso un hecho inédito para un film francés.
Un iconoclasta
Godard fue "el más iconoclasta de los cineastas de la Nouvelle Vague, inventó un arte decididamente moderno, intensamente libre", resumió este martes en Twitter el presidente francés, Emmanuel Macron.
"Fue como una aparición en el cine francés. Después se convirtió en un maestro", añadió Macron. "Perdemos un tesoro nacional, la mirada de un genio", lamentó.
Títulos como Le Mépris (El desprecio), Alphaville (Lemmy contra Alphaville), Pierrot le Fou (Pierrot el loco) o Masculin Féminin (Masculino femenino) lo consagraron como una figura clave en la renovación del cine planetario.
"Su inventiva y su insolencia nunca se debieron a un simple deseo de sacudir, de provocar o menos aún de seguir las modas. Como todos los grandes modernos (Picasso, Matisse, Joyce..) su arte estaba enraizado en un gran conocimiento de los antiguos", destacó el redactor jefe de Cahiers du Cinema, Marcos Uzal, en un comentario divulgado hoy por la revista en la que Godard se inició en el cine.
La generación de la Nouvelle Vague empezó a irse con el fallecimiento prematuro de Truffaut, muerto en 1984 a los 52 años a causa de un tumor cerebral. La última hasta hoy había sido Varda, fallecida en París en 2019 a los 90 años. Ahora, con la desaparición de Godard, el movimiento hace su último fundido en negro.
Entre sus obras también destacan Made in USA (1966), Todo va bien (1972), Salve quien pueda, la vida (1981), Yo te saludo, María (1984), Nueva ola (1990) y Elogio del amor (2001).
Varias cintas de su filmografía fueron reconocidas en festivales cinematográficos internacionales como Berlín, Venecia y Cannes, donde recibió la Palma de Oro especial por su última película, El libro de las imágenes (20218). En 2010, la Academia de Hollywood lo reconoción un Oscar honorífico.