Torturaron y descuartizaron a tres pibas y el debate está puesto en ellas. Morena, Brenda y Lara salieron el viernes y nunca volvieron. Los cuerpos fueron encontrados este último miércoles en una casa de la localidad de Florencio Varela, misma zona donde se registró la última señal del celular de una de ellas.
Que si se prostituían. Que si mentían con su edad. Que si eran “viudas negras”. Que si sabían dónde se metían y con quién.
¿En serio? ¿Importa? ¿Son "merecedoras" de terminar en una bolsa?
Estamos frente a uno de los crímenes más atroces de los últimos tiempos y la conversación pública gira en torno a la vida privada de las víctimas, como si hubiera algo que ellas pudieran haber hecho para “ganarse” semejante final.
¿De verdad creemos que ese es el debate? ¿De verdad creemos que la pregunta es si eran “buenas chicas” o no?
¿Es eso lo que define si "merecían" vivir?
Cuando el foco se pone en el pasado de las víctimas, no solo se las vuelve a matar, sino que se corre el eje de lo urgente: la violencia brutal que sufrieron, el entramado criminal que las convirtió en cuerpos descartables, el machismo que naturaliza que alguien pueda decidir sobre la vida de tres mujeres.
Otra vez se las está revictimizando. Se las juzga más de lo que se busca a sus asesinos. Se las deshumaniza al punto de que se discute si "valían la pena".
¿Cómo no vamos a querer pasarnos tres pueblos cuando se habilita semejante nivel de crueldad? ¿Cómo no vamos a gritar si la respuesta social frente a tres mujeres desmembradas es preguntarse qué hacían con su vida?
Nadie merece este destino. Nadie.
La pregunta no es qué hacían ellas. La pregunta es por qué hay quienes creen que pueden torturar y descuartizar a tres mujeres y seguir caminando por la calle.
La pregunta es qué estamos haciendo como sociedad para que la violencia misógina siga encontrando lugar para crecer.
No se trata de ellas. Se trata de todos.
De qué vidas decidimos llorar y de cuáles mirar para otro lado. De si vamos a seguir normalizando que haya muertes “esperables” y víctimas “sospechosas”.
Porque si el debate es sobre el pasado de Morena, Brenda y Lara, ya perdimos.