Rodrigo Ortigala, un hampón rosarino que supo tributar al capo narco Esteban Alvarado y luego pasó a reportar a la otra gran marca del delito local, Los Monos, escuchó este lunes una tardía imputación en la que le reprocharon una serie de extorsiones a concesionarias de autos. Con base en peritajes telefónicos, la Fiscalía lo ubicó como el artífice de los aprietes a dos agencieros y al dueño de un galpón que en 2021 sufrieron un asedio para arrancarles una “colaboración” de entre 30 mil y 10 mil dólares. Todos los intentos quedaron en grado de tentativa, dijo la acusación.

Rodrigo es hermano de Mariana Ortigala, una mujer vinculada al delito que tuvo una alta exposición durante el juicio a Alvarado, proceso que culminó con la pena máxima para “el Esteban” en 2022.

De acuerdo con investigaciones del Ministerio Público de la Acusación (MPA), las desavenencias con Alvarado –motivadas por cuestiones de polleras– forzaron a los hermanos Ortigala a reciclarse como operadores del bajo mundo bajo el ala de Ariel “Guille” Cantero, jefe de Los Monos. De ese traspaso dan cuenta al menos dos investigaciones: la causa por extorsiones al empresario de las agencias de lotería El Califa, seguida, entre otros, a Mariana; y la condena que recibió Rodrigo a un año y medio de prisión, en 2023, por haber marcado a un empresario del centro de Rosario para que fuera extorsionado.

¿Qué le imputó el futuro juez Federico Rébola a Rodrigo Ortigala, a más de cuatro años de los hechos? El más grave de los episodios es la tentativa de extorsión a un agenciero de Rondeau al 4100, local que en la noche del 8 de agosto de 2021 recibió ocho balazos, con un resultado colateral fatídico: Marta Agüero, una mujer de 62 años que esperaba el colectivo a unos pocos metros, sufrió un paro cardiorrespiratorio debido al susto y murió en el lugar.

Esa balacera fue el corolario de un acoso que había comenzado en abril, cuatro meses antes, cuando un supuesto cliente se presentó con la excusa de ver vehículos y, al retirarse, dijo que su jefe era “Cantero”.

Tras ello comenzó un hostigamiento por mensajes, en los que el extorsionador esgrimió un supuesto trapo sucio del pasado del agenciero para justificar el pedido de dinero: “Hoy fue un amigo para ver si podemos llegar a un acuerdo con unos números (…) queremos 25 verdes, te cansaste de estafar y emponchar autos por años, vos y ese chaqueño que ya lo voy a encontrar”.

Los mensajes llegaron desde cuatro números distintos, pero –de acuerdo con la acusación– Ortigala cometió un error de principiante: las líneas usadas para la extorsión compartieron un IMEI de un mismo teléfono en el que Ortigala usaba un chip a su nombre, además de que los impactos de antena coincidían con la ubicación de un domicilio que habitaba en Funes.

En la audiencia también fue acusado un cuñado de Rodrigo Ortigala, Alejandro B., ya que algunos mensajes extorsivos también partieron de una línea a su nombre. Según la Fiscalía, este hombre sería coautor de las extorsiones.

Los demás casos también son de 2021 y la modalidad fue la misma, aunque con menor intensidad y sin ataques armados. Una de las víctimas fue un agenciero y la otra, el dueño de un galpón utilizado como cochera, ambos ubicados en barrio Echesortu Oeste. A uno de ellos le dijeron: “Si no tenés problemas, te voy a pedir una colaboración”.

Se prevé que el trámite judicial seguido a Ortigala continúe el martes, a cargo del juez Rodrigo Santana, que decidirá si el hombre sigue detenido.