El crimen ocurrido en la madrugada del 28 de mayo pasado en la esquina de Dorrego y Tucumán fue planificado en tiempo real vía mensajes de texto de Whatsapp entre Sebastián Coronel –imputado por el ataque al policía Gabriel Sanabria– y su pareja Nadin Martínez. Martínez fue quien le tendió la trampa a Ángel Ocampo, con una propuesta sexual que lo condujo a su muerte. Mientras Ocampo la esperaba en la dirección indicada para ir juntos a un motel, desde un auto lo acribillaron a tiros.

Coronel fue detenido el miércoles pasado por la noche en Gallo al 1600, mientras que Nadin Martínez cayó al día siguiente en Centenario al 1300, en la zona sur. 

Los dos fueron acusados este lunes por la fiscal de Homicidios Dolosos Gisela Paolicelli por haber planeado y ejecutado el asesinato de Ocampo, un joven de 23 años que recibió una veintena de tiros. Al lado del cuerpo fue secuestrada una riñonera con cinco envoltorios que contenían cocaína, según el análisis hecho posterior al crimen. Por eso es que se cree que el hecho fue por venta de droga al menudeo. La jueza María Isabel Mas Varela les dio prisión preventiva por el plazo de ley.

De los celulares de Coronel y Martínez se desprende cómo la mujer acordó con la víctima que iban a ir a un motel situado en inmediaciones de la terminal de ómnibus Mariano Moreno para que lo emboscaran. “Le dije que pagaba el hotel yo, todo”, le comentó la joven al presunto gatillero.

Coronel le comunicó que iba a ir él a cometer el homicidio junto a otras personas, a lo que la joven le respondió: “Me quedo más tranquila que vas a estar vos, porque a los otros no los conozco. Ya veo que capaz me pegan a mí”.

Martínez, al momento de acordar la cita en la madrugada del 28 de mayo pasado, se encontraba en cercanías de Pellegrini e Italia, y convino tomar un taxi para buscar a Ocampo en Dorrego y Tucumán. El joven le comentó que quedaba parado ahí porque se estaba por quedar sin batería, y le añadió como dato que tenía puesta una campera negra, por si no llegaba a responder más su teléfono.

Sin embargo, Ocampo después fue asesinado desde un Nissan Sentra que había sido robado en marzo pasado. Después del ataque, el auto emprendió la fuga y chocó en Moreno y Catamarca contra un taxi. Del auto se bajaron tres personas que huyeron a pie, y una de ellas se olvidó su teléfono dentro del vehículo.

El teléfono fue la llave. Era el de Nadin Martínez y tenía toda la evidencia que la incriminaba tanto a ella como a Sebastián Antonio Coronel en el plan criminal.