Waldo Alexis Bilbao (45), el presunto cabecilla de una banda narco liderada por su hermano Brian Walter Bilbao –permanece prófugo– fue indagado este lunes por la Justicia federal luego de haber sido detenido en un allanamiento cinematográfico el pasado viernes en barrio Martin. Los fiscales federales le atribuyeron participación en los fletes aéreos que hacía la organización para traer cocaína desde Bolivia al sur de Santa Fe.
Ante el juez Carlos Vera Barros, el fiscal federal de la Procunar Santiago Alberdi imputó a Waldo Bilbao como miembro de la organización que al menos operó desde 2019 en el sur provincial, territorio al que traía droga en sus propios aviones, que fueron secuestrados en la zona de Carrizales y Oliveros.
El fiscal afirmó que el hombre de 45 años participó en una maniobra de contrabando de cocaína que ocurrió entre el 28 y 29 de octubre de 2023, cuando una aeronave de la propia estructura trajo a Santa Fe un cargamento de droga.
De acuerdo a la acusación, el avión partió el 28 de octubre de una pista que está situada en las afueras del club de campo y golf Campo Timbó en dirección al norte del país. Al otro día volvió al mismo lugar y la sección de Investigaciones Antidroga de Gendarmería sorprendió a sus tripulantes mientras limpiaban la aeronave con productos químicos y una aspiradora. Todos quedaron detenidos.
Un perro detector de narcóticos que fue llevado al avión recientemente usado para ir a Bolivia reaccionó de forma positiva en cuanto a la existencia de “olor residual” de estupefacientes en distintos lugares de la aeronave, como el sector de mando, una salida de aire y en la puerta del copiloto. En tanto, la pericia química hecha a la aspiradora arrojó la existencia de partículas de cocaína.
A Waldo Bilbao también le atribuyeron vinculación al avión incautado en Carrizales, donde también se encontraron micropartículas de cocaína y olor residual detectado por perros entrenados a tales fines.
Al hermano de Brian Bilbao también lo sindicaron por presuntas maniobras de lavado de activos, por una compra de 2.500 dólares hecha en 2019 y por haber administrado un Sandero Stepway, un 206 y un Prisma que figuraban a nombres de terceras personas, entre ellas, de su pareja Guadalupe Torres Servín, también imputada en el mismo legajo federal.