Siete integrantes de una organización dedicada al microtráfico de droga en los barrios Nuevo Alberdi y La Cerámica fueron llevados a audiencia imputativa en la mañana de este martes. La fiscal Mercedes Banchio ubicó como supuesto líder a un recluso que se encuentra alojado en la cárcel de Piñero, quien a través del teléfono fijo asignado a su pabellón –el número once– gerenció la compra, acopio, fraccionamiento y comercialización de la cocaína y la marihuana en ese sector de la zona norte. 

El presunto jefe de la estructura es Brian Adrián Acuña, quien fue condenado a 10 años y 8 meses de prisión en diciembre de 2014 como autor del asesinato del rapero Ariel Alejandro Ávila, perpetrado en febrero de ese año en Campbell al 1100, en el barrio Empalme Graneros. Actualmente, investigadores lo vinculan con la banda “La Mafilia” –cuyos líderes son los presos Pablo Camino y Leandro Vilches de Los Monos–.

Ante el juez Hernán Postma, la fiscal ponderó que la actividad de microtráfico de droga de la supuesta banda tuvo lugar al menos entre agosto y noviembre de este año. Agregó que la causa cobró impulso a partir de una denuncia por amenazas y hechos de violencia

Además de Acuña, los otros imputados fueron Valeria “La Polaca” Monserrat, Emanuel “Berraco” Verón, Brenda Malena Núñez, Darío Exequiel Cristaldo, Carlos Francisco “Pancho” Pérez –también preso–, Priscila Ayelén Anguilante y Federico Emanuel Flores. Salvo Flores, todos quedaron en prisión preventiva efectiva por el plazo de ley, según dispuso Postma, que también ordenó restricciones en las comunicaciones para quienes ya estaban detenidos. 

De acuerdo a la teoría del caso, “La Polaca” Monserrat y Verón ni bien recuperaron la libertad –tras purgar una sentencia por venta de droga– oficiaron de presuntos organizadores de la estructura de Acuña, a quien rendían cuentas de manera periódica respecto de las ventas, las deudas y cómo operaban en el territorio. 

Verón y Monserrat acopiaban la droga en su domicilio de Presidente Quintana al 200 bis, en barrio Tablada. Desde allí, transportaban los estupefacientes hasta un domicilio de Siripo al 1500, donde Malena Núñez y otra persona fraccionaban la droga y la ponían a la venta en la vía pública. 

A su vez, Darío Cristaldo estaba encargado de fraccionar y comercializar la marihuana en un punto situado en Hipólito Irigoyen al 1300. Como vendedora también fue ubicada Priscila Anguilante, quien fue vista haciendo “pasamanos” en un callejón ubicado en Héctor Palacios y Cullen y Ugarte, en Nuevo Alberdi. 

Por su parte, “Pancho” Pérez, compañero de pabellón del presunto líder, gestionó el ingreso a la organización de Priscila Anguilante, a quien asignaron un lugar de venta. 

En tanto, a Federico Flores –el octavo acusado– la fiscal le atribuyó la tenencia de 75 gramos de cannabis sativa en una casa de Zelaya al 900 junto con elementos que se usan para fraccionar las dosis. En su caso, la prisión preventiva efectiva es por 90 días.