Culminó en los Tribunales de Reconquista el primer juicio por jurado popular del norte de Santa Fe con la condena a prisión perpetua de Bruno Luis Martínez, de 24 años, por el homicidio triplemente agravado de su hijastra Xiomara Vallejos. La niña, de apenas 3 años, murió en 2024 a causa de múltiples golpes y lesiones atribuidas al joven, en un caso que conmocionó a la ciudad de Reconquista y a toda la región.
El jurado, integrado por doce vecinos, mantuvo una deliberación durante dos horas y dio su veredicto pasadas las 18 del jueves, declarándolo culpable por unanimidad por homicidio agravado por alevosía, ensañamiento y por haber sido cometido en perjuicio de una mujer en el contexto de violencia de género. La jueza Claudia Bressan determinó la pena de prisión perpetua, tal como lo habían solicitado los fiscales Georgina Díaz y Valentín Hereñú.
En su intervención, los fiscales recordaron que el hecho fue cometido el 8 de enero de 2024, entre las 8 y las 13, en una habitación de la vivienda del Asentamiento Oeste del barrio Virgen de Guadalupe, donde “en un contexto de dominación sobre la niña” el condenado la golpeó “deliberadamente para provocarle cada vez más dolor, actuó sobre seguro, a sabiendas del estado de indefensión propio de cualquier niña o niño pequeño”. Y, de acuerdo con la autopsia realizada, la víctima sufrió un traumatismo de cráneo grave a raíz de los golpes, lo que causó su muerte al día siguiente.
Valoraron “el compromiso con el que los ciudadanos que integraron el jurado asumieron la responsabilidad que implica integrar un jurado popular” y subrayaron la importancia de que este haya decidido condenar al acusado y lo haya hecho por la misma calificación y con las mismas agravantes que solicitaron en sus alegatos.
La querella estuvo a cargo del Estudio Degoumois, y la defensora pública María Noel Severo asistió al acusado, quien nunca contrató abogado; ya se encontraba detenido desde el 9 de enero de 2024, fue imputado el 12 de enero y arribó al juicio en prisión preventiva, recordó el portal ReconquistaHOY.
El debate fue el cuarto de este tipo en la provincia, tras un juicio por jurados que tuvo lugar en los tribunales de San Cristóbal y dos que se desarrollaron en la ciudad de Santa Fe.
La fiscal Díaz dio cuenta de cómo se inició la investigación, que comenzó a raíz del ingreso en la Guardia del Hospital de Reconquista de la niña Xiomara.
Fue recibida por la médica de turno, quien manifestó que la niña ingresó en los brazos de la enfermera del Centro de Atención Primaria de la Salud. En el examen físico constataron pérdida de conocimiento, con el cuerpo en decorticación, concentración muscular, pupilas midriáticas, hematomas en toda la región facial, nuevos, recientes y viejos, hematoma encefálico en región lateral derecha, herida cortante de vieja data en el labio superior, hematoma en ambas piernas en fase de agonización, con signos vitales disminuidos, por lo que le colocaron oxígeno, le pusieron una vía y llamaron al terapista.
La madre de la víctima sindicó como autor de las lesiones a su pareja, Bruno Martínez. Indicó que el padrastro le pegó varias veces a la niña y también a su otra hija de 7 años. También dijo que la llevó al Centro de Integración Comunitaria porque Xiomara se cayó al piso y empezó a convulsionar.
Luego del ingreso de la niña al hospital, inmediatamente tomó intervención la Agencia de Trata de Personas de Reconquista, que entrevistó a la madre de la niña, quien relató que ella había salido con su otra hija de 7 años y había dejado a Xiomara con su suegra “Cuca”, pero que también estaba Bruno; y que cuando regresó, a las 10.30, Xiomara se había hecho caca encima. Lo llamó a Bruno para que le pusiera una crema en los golpes y Xiomara lloraba, por lo que Bruno le pegaba puñetes por la cabecita hasta que se desvaneció.
Reveló que Bruno era agresivo con Xiomara: a él le molestaba que se hiciera caca o pis encima o que llorara; le decía que pidiera para ir al baño. Le pegaba con la mano abierta por todo el cuerpo, por la cabeza, por la espalda, por la cara. “Yo tenía miedo–dijo la mujer–, él siempre me amenazaba, me decía que me iba a pegar a mí y que a la otra nena la iba a dejar como a Xiomara”.
La niña ingresó en estado crítico, con alto riesgo de vida por lesiones múltiples. El mismo día se le practicó una cirugía y volvió a terapia intensiva de niños en grave estado, donde continuó en asistencia respiratoria mecánica con soporte por fármacos. Recibió el cuidado necesario para el tipo de patología y falleció al día siguiente.
El 10 de enero se realizó la autopsia, cuya conclusión preliminar del médico legal fue que, probablemente, la muerte de Xiomara se habría producido por traumatismo de cráneo grave, originado por o contra un elemento de superficie dura.
Bruno Martínez vivía con su pareja y las nenas de ella (de 3 y 7 años) en el Asentamiento Oeste del barrio Virgen de Guadalupe. Había dicho ser ladrillero y su propia madre declaró que en algunas ocasiones escuchó que Bruno golpeaba a las nenas, les gritaba cosas y, por ahí, se escuchaban “como chirlos que les daban, a veces mi hijo Bruno y otras veces la chica María” (madre de la víctima).
Funcionarios de Niñez, Adolescencia y Familia confirmaron a ReconquistaHOY que no hubo denuncia previa alguna que refiriera a la vulnerabilidad de la menor. La intervención oficial comenzó luego de que recibieran el aviso desde el hospital, a las 13.40 del 8 de enero de 2024, cuando Xiomara fue ingresada de urgencia, gravemente lesionada.
Desde Niñez habían indicado que la madre de la niña "es una chica que tampoco tiene muchos recursos simbólicos, no sabe leer"; y si bien se indicó que no posee certificado de discapacidad ni cobra pensión por discapacidad, amerita que se le practique algún tipo de informe con relación a su salud mental; además de que “las niñas tienen solamente la filiación materna, sólo están reconocidas por la mamá, no se sabe quién es el papá”.