Será el penúltimo acto del viejo Concejo con mayoría oficialista antes del recambio del 10 de diciembre —el último será el presupuesto—. Después de más de un mes de trabajo intenso, el debate de la ordenanza de autonomía municipal entra en su tramo final y todo indica que el jueves 27 de noviembre será aprobada con un consenso amplio, a pesar de que sectores de la oposición sostienen duros cuestionamientos al proyecto del Ejecutivo y desde el Palacio de los Leones sienten que los ediles le corren el arco todo el tiempo.
Por supuesto están los votos de Unidos, al menos parte del peronismo y siguen las negociaciones con otros actores, como los dos concejales libertarios y Leonardo Caruana (Frente Amplio por la Soberanía).
Ciudad Futura, en tanto, debate internamente hasta dónde acompañar: en off reconocen que votarían la declaración de autonomía y la convocatoria a la Convención Estatuyente que deberá redactar la primera Carta Orgánica de la Rosario autónoma tras los comicios de 2027, pero todavía revisan la parte resolutiva del proyecto —la que habilita el ejercicio inmediato de nuevas facultades—, que parte de la oposición considera “sobregirada” por el Ejecutivo.
En esa línea se enrola, por caso, el bloque Justicia Social, que preside Norma López e integra también Mariano Romero. “Nosotros somos autonomistas. Pero una cosa es la declaración de la autonomía y otra pretender que las nuevas ordenanzas estén por encima de leyes nacionales y provinciales”, planteó López, que antes de la Convención Constituyente presentó un proyecto para convocar a una Estauyente para redacrtar la Carta Orgánica local. Y agregó una objeción política: “Se les termina la mayoría automática ahora en diciembre y están haciendo cualquier cosa”.
De todos modos, nadie quiere dar la imagen de que pone palos en la rueda del proceso autonómico, una bandera histórica para Rosario. Una alternativa que se analiza en el Palacio Vasallo es dividir el proyecto, de modo que la declaración de autonomía pueda votarse por unanimidad mientras cada bloque fija posición en los otros puntos.
Negociaciones y clima político
El proceso de conversaciones lo pilotea la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, que desde el 7 de octubre —cuando Javkin presentó la ordenanza— se propuso un objetivo ambicioso: sacarla por unanimidad. No está claro si lo logrará, pero sí confía en que se construirá una mayoría contundente.
“Estamos en la fase final de ajuste y acuerdo entre las distintas fuerzas. Pero hay una predisposición mayoritaria a aprobarla”, afirmó ante Rosario3.
Empleo público: el nudo con el gremio
En la última reunión de los miércoles de la comisión especial se abordó uno de los puntos que complicaba el acuerdo con el peronismo: los reparos del Sindicato de Trabajadores Municipales, cuyo titular, Antonio Ratner, expuso sus objeciones en torno al régimen de empleo público.
“Hay una mesa de diálogo entre el sindicato y la Municipalidad que intenta acordar esas diferencias”, explicó Schmuck. “Estamos recibiendo los borradores de ambos y los vamos a debatir con los concejales del PJ”, agregó.
En algunos sectores del justicialismo había una lectura política: veían en el texto enviado por Javkin una suerte de castigo al gremio por su respaldo electoral a candidatos del peronismo y de Ciudad Futura. La tensión existía, pero una reunión entre Ratner y el intendente habría distendido la relación.
En ese marco, el oficialismo aceptó introducir cambios: se eliminará una referencia al Código de Convivencia que había sido interpretada como un intento de disciplinamiento laboral y se incorporarán precisiones técnicas pedidas por bloques opositores.
Pero hay cuestiones en las que el Ejecutivo no está dispuesto a ceder: la libertad sindical, que permitiría a cualquier gremio que alcance el 10 por ciento de la representación sentarse a la mesa paritaria local, es una de ellas.
Una, dos o tres ordenanzas
El mensaje del Ejecutivo llegó como un único texto, dividido en tres partes:
-Declaración de autonomía municipal.
-Parte resolutiva, con las competencias que Rosario comenzará a ejercer una vez que se sancione la ordenanza.
-Convocatoria a la elección de estatuyentes en 2027 para la redacción de la Carta Orgánica.
Sin embargo, en el Concejo se discute una alternativa: dividirlo en dos o tres ordenanzas separadas, por razones de "técnica legislativa".
“El intendente tiene derecho a mandar un texto ordenado, pero el Concejo puede convertirlo en varios despachos. No tenemos ningún prurito en hacerlo”, señaló Schmuck.
El debate no es menor: algunos bloques consideran que separar los capítulos permitiría un tratamiento más prolijo y evitaría que la parte resolutiva quede pegada a la declaración de autonomía y la discusión estatuyente.
¿Temario sugerido o página en blanco?
Otro punto sensible antes de cerrar el dictamen es si la ordenanza debe incluir o no un temario sugerido para la Convención Estatuyente. En su mensaje, Javkin estableció una lista de asuntos que, a su criterio, deberían discutirse: estructura institucional, sistema electoral, representación por distritos, participación ciudadana, ética pública, ficha limpia, órganos de control, uso del suelo e integración metropolitana.
Schmuck respalda esa decisión: “Es importante que el intendente diga cuáles son los temas prioritarios que cree que deben resolverse. Pero la Estatuyente es soberana: puede incorporar nuevos asuntos o decidir que algo queda igual”.
Pero parte de la oposición reclama una página en blanco, sin orientaciones previas del Ejecutivo. Quieren evitar que la cancha esté marcada antes de tiempo.
Los funcionarios del Ejecutivo aclararon varias veces en la comisión que el criterio es distinto al de la ley de necesidad de la reforma constitucional, que sí fijó un temario inmodificable para la Convención provincial.
Primer tiempo: qué cambia ahora
Para parte de la oposición, la discusión de fondo no está en la declaración de autonomía ni en la convocatoria a la Convención, sino en la parte resolutiva.
“La autonomía no te la da la Carta Orgánica; te la dio la Constitución. Esta ordenanza legitima que esas competencias se ejercen ahora”, sostuvo Schmuck.
Entre las facultades que Rosario empezará a ejercer en forma inmediata figuran:
-Definir el plan anual de arbolado, especies y criterios de poda sin autorización provincial.
-Emitir bonos para pavimento definitivo y otras obras.
-Tomar endeudamiento con aval del Concejo.
-Firmar convenios con otras ciudades autónomas sin intervención provincial.
-Ingresar a terrenos baldíos sin orden judicial, luego de las intimaciones correspondientes.
-Reutilizar o subastar autos del corralón sin autorización de la provincia.
-Ejercer su propia legitimación activa en materia ambiental, urbana, administrativa y financiera.
Este es el “primer tiempo” de la autonomía: el inicio del ejercicio concreto de atribuciones que antes dependían de leyes provinciales.
Carta Orgánica
El “segundo tiempo” será la Convención Estatuyente, cuyos 28 miembros se elegirán en 2027 junto al intendente y los concejales.
Allí se definirán cuestiones estructurales como:
-La forma de gobierno: viceintendencia, jefaturas de distrito, etc.
-El sistema de representación: concejales por distrito, lista general o mixto.
-Mecanismos de participación directa: audiencias, consultas, presupuestos participativos, revocatoria.
-La arquitectura de los órganos de control.
-Las reglas electorales locales, que dependerán de la nueva ley electoral provincial que la Legislatura debe votar en un plazo no mayor a dos años.
-Lineamientos de ética pública, transparencia y ficha limpia.
Incluso el balotaje municipal —que Schmuck volvió a defender— podría incorporarse allí si no es adoptado por la ley electoral provincial.
“El balotaje es interesante desde el punto de vista democrático por la legitimidad que da a las autoridades electas. Si no está en la ley provincial, puede impulsarse en la Convención Estatuyente”, remarcó.
El peronismo y Ciudad Futura rechazan esa posibilidad, ya que la ven como una maniobra para reducir sus chances de llegar al poder en un escenario de tercios.
La presidenta del Concejo manifestó además su voluntad de ser parte de la redacción de la Carta Orgánica: “Me encantaría; quien te diga que no le gustaría ser estatuyente te miente”.