El ex presidente de Bolivia Evo Morales llegó hoy a México en condición de asilado político, advirtió que "mientras tenga la vida" seguirá actuando en política y aseguró que el "golpe de estado" que terminó con su gobierno no le hará cambiar su postura ideológica. "Si algo de delito tengo, es el de ser líder indígena", afirmó.

"México me salvó la vida", sostuvo Morales poco después de tocar suelo, a las 14 de Argentina, en el aeropuerto Benito Juárez, adonde llegó después de un accidentado viaje con una escala en Paraguay a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Mexicana y acompañado por el ex vicepresidente Álvaro García Linera y una pequeña comitiva.

En tierra lo esperaba el canciller Marcelo Ebrard, quien le dio la bienvenida en nombre del presidente Andrés López Obrador y el pueblo mexicano.

"Aquí gozará de libertad, seguridad e integridad, que son las causas que nos animan", apuntó Ebrard, pieza vital en las gestiones para que Morales consiga el asilo en el país norteamericano.

Apenas bajó del avión, Evo Morales se acercó hasta un micrófono y dio una declaración ante una nube de periodistas que esperaban en el lugar.

Ratificó allí que fue víctima de un "golpe de estado político-cívico al que luego se sumó la policía nacional". "Para que no haya más sangre, más enfrentamientos hemos decidido renunciar", añadió.

Comentó que después de los comicios del pasado 20 de octubre, en los que según los tribunales electorales logró la reelección en primera vuelta, hubo en Bolivia quema de actas electorales, urnas, sedes sindicales, casas de autoridades y saqueos, algunos en propiedades del mismo ex presidente y de familiares.

Incluso, aseguró que uno de los encargados de su seguridad le mostró mensajes y le comentó llamadas, según las cuales recibió una oferta de 50 mil dólares para entregarlo, en un suceso que situó en el día anterior al de su forzada renuncia.
 

Evo Morales rumbo a México. (Foto: EFE)

"Digo a mis hermanos y hermanas que mientras tenga la vida, seguiremos en la política; mientras tenga la vida, sigue la lucha y estamos seguros de que los pueblos del mundo tienen todo el derecho de liberarse", señaló.

"Pensé que habíamos terminado con la opresión y la humillación, pero surgen otros grupos que no respetan la vida y menos a la patria", se lamentó. "Si algo de delito tengo, es el de ser líder indígena", afirmó.