Lionel Messi ha sido y es el futbolista más importante del planeta durante los últimos 15 años. Su talento fuera de lo común y su humilde perfil lo han transformado en una celebridad de las que no abundan y eso lo ha hecho reunir admiradores en todas partes del mundo.

Y como ocurre con toda celebridad, su fama alcanza ribetes insospechados. Aquí en Qatar la gente nos pregunta de dónde somos. Y ante la respuesta "We are from Argentina", a los ciudadanos locales automáticamente se les dibuja una sonrisa en el rostro. "Ohhh, Messi", responden casi al unísono. Y cuando agregamos que somos oriundos de la ciudad que vio nacer al astro, es mayor la sorpresa. Nos consultan cosas, quieren saber más de él. Lo ven casi como a un extraterrestre...

Es una devoción rara, particular, llamativa pero entendible a la vez: en Medio Oriente hay mucho fanatismo por el fútbol pero no hay ni hubo grandes jugadores y los locales suelen tener simpatías por las selecciones más importantes del planeta. Y en ese sentido, Argentina y Brasil son las preferidas entre los habitantes de países como India, Bangladesh o Pakistán. 

La gran mayoría de los árabes que llegaron a ver el Mundial se pasea con la casaca 10 albiceleste. Y parece que fuéramos 50, 70, ¡100.000! Y no los 35/37.000 argentinos que somos en realidad. 

Hace dos días por ejemplo, nos cruzamos con Shuhaib y Manaf, dos fanáticos del fútbol nacidos en el estado de Kerala en India, que viven en un barrio llamado Village Nadapuram. En esa pequeña localidad ellos atienden un almacén al que decidieron ponerle el nombre del Astro argentino e incluso levantaron una gigantografía en su honor. 

Y así, como Manaf y Shuhaib, cientos de árabes le profesan a Leo su admiración de diferentes maneras, historias sencillas y conmovedoras en homenaje al 10. Al 10 que, como Lennon en su apogeo, "es más famoso que Jesús" y el 10 que además, es más rosarino que el Monumento...