Argentina debutó en este mundial de Qatar 2022 con una dura derrota contra Arabia Saudita. En el primer tiempo el equipo de Scaloni empezó de la mejor manera con un gol de penal y otras tres definiciones que terminaron en gol, pero que fueron anuladas por posición adelantada.

Esos tres goles que no fueron, dos de Lautaro Martínez y uno de Messi, se anularon por intermedio del offside automático. Esta nueva tecnología debutó en el mundial y ya trajo más de una polémica ya que no deja posibilidad de ningún tipo de interpretación por parte de la terna arbitral.

El offside automático consiste en doce cámaras ubicadas en cada uno de los estadios en los que se disputa el mundial. Esas cámaras captan movimientos de los jugadores en tiempo real y también de la pelota, que cuenta con un sensor interno para determinar su ubicación.

Mientras el partido se disputa, el sistema va siguiendo el movimiento de la pelota y envía hasta 50 datos por segundo sobre la posición de cada uno de los jugadores en relación con la jugada.

Cuando el dispositivo detecta que un futbolista quedó en posición adelantada emite un alerta que llega al VAR y de allí baja la advertencia al árbitro central del partido que tiene que frenar la jugada y cobrar la posición adelantada.

En simultáneo, el sistema genera una animación 3D en la que muestra cuál fue la parte del cuerpo que generó el offside. Esto último es de las cosas que más polémicas generó porque, por ejemplo, en uno de los goles anulados a Lautaro Martínez lo que le generó la posición adelantada fue su mano.