Jorge Sampaoli volvió a hablar después del Mundial. Y eligió un medio español para hacerlo, el diario deportivo Marca, al que le concedió una entrevista en la que aseguró que no tiene nada que reprocharse: "Puse mucho corazón y sentimiento, pero no alcanzó", señaló.

"Simplemente, me tomé un tiempo para profundizar en esa experiencia vivida y para eso quise estar aislado y desmenuzar las cosas. Yo soy una persona que trabaja de entrenador de fútbol. Me alejé de la vida mediática. Pero no dejé de hablar con el mundo del fútbol, ni perdí mi vida social, ni dejé de ir al cine, ni de irme a tomar un café a un bar. Y nadie cara a cara me criticó, al contrario", expresó.

El casildense comentó: "Fue un año de mucha tempestad, exigencia, obligación, inmediatez, donde nosotros y los jugadores estábamos obligados solo a ganar y en esa tesitura, fue muy duro hacerla fluida, más allá de que todo estábamos muy involucrados. La mochila que tenía este grupo era demasiado pesada, estábamos todos empujados a un camino de obligación en la que era difícil hacer surgir el talento".

El ex conductor de Chile remarcó: "Fue un trabajo muy duro que no acabó prosperando porque solo había una opción: ser campeones del mundo. Y en esa obligación, ante cualquier adversidad, todo era más complejo. No pudimos disfrutar nunca. La meta era siempre demasiado alta".

Sampaoli dijo que no hubo errores de planificación: "Creo que preparamos muy bien el Mundial, pero luego la Copa en sí no fue tan buena, obvio. Debíamos tener equilibrio para que la obligación de ganar que tenía el jugador argentino no generara más ansia. Cada partido era casi un sufrimiento. Pero dicho eso, le digo: nunca se dejó de entrenar bien, de preparar los partidos a fondo".

"Las críticas fueron tan grandes como la expectativa que había. Yo llegué con el 95% de aprobación de la gente, pensando que Jorge Sampaoli podía darle a Argentina ese ansiado campeonato del Mundo con el más grande en la cancha. Y cuando no se dio, vino la crítica. Pero no tengo rencor con nadie", aportó.

La influencia de Mascherano en las decisiones

"Lo tomo como una decisión honesta en pos de que Argentina prosperase como grupo. Busqué todas las maneras para involucrar al grupo, para tratar de que el jugador se sacase la mochila de no ganar, esa ansiedad que les impedía desarrollarse individual y colectivamente. Una cosa era los entrenamientos, que eran de un nivel altísimo, y otra los partidos, donde no podíamos sostener ese nivel de juego. Además, Masche era un gran jugador de fútbol", manifestó.

Sobre la supuesta decisión del grupo de tomar sus propias decisiones, respondió: "Toda reunión era para aportar. Fue un momento muy complejo. Todo lo externo se nos metió en la concentración. Pero todo se hacía para ayudar, para mejorar, para intentar ser, y no solo estar. Nos invadió la inmediatez, la necesidad".

"Yo creo filosóficamente en la participación y en el compromiso. En el fútbol y en la vida. Nos juntamos para buscar soluciones y, si eso termina en el living de las casas porque la televisión lo cuenta o en la pantalla de un celular por una red social, ocurre lo contrario. En este contexto, lo peor sería que pasáramos a juntarnos para destruir o que nos volviéramos escépticos hacia los otros".

Sampa no tiene reproches: "Yo creo que todo los que estuvimos allí fuimos honestos en la aportación. Y yo también. Le puse mucho corazón y sentimiento, pero no alcanzó. No creo que tenga que reprocharme cosas. En la adversidad aprendí mucho para el futuro".

"Para el próximo Mundial o Copa América hacen falta organización, confianza ilimitada y saber que todo requiere un proceso. Es decir, si no se gana la Copa América, hay que mantener el proceso, no romperlo. Ya basta de esta locura de que si no 'ganás', 'sos' un perdedor. Y no es así: si se cree, se puede ganar aunque sea más tarde. Pero hay que creer", concluyó.