Una guía ideal para que los productores ganaderos puedan enfrentar la sequía

El grupo de extensión del @INTARafaela remarcó los puntos importantes para la invernada, teniendo en cuenta el complejo escenario que afronta la producción

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El grupo de Extensión del INTA Rafaela, con la participación de varias Agencias, organizó una charla sobre el tema clave del verano: la sequía.

Las condiciones de sequía durante el verano y la posibilidad de que esta condición climática se prolongue en el otoño, genera un escenario complejo para la producción ganadera. Por eso, los expertos elaboraron una guía con puntos importantes a considerar a la hora del negocio y la subsistencia.

Disminución de la oferta forrajera

Realizar siembra de cultivos de verano (sorgo, maíz) con el propósito de generar volumen, con aporte de grano.

Respecto al planteo forrajero, si las condiciones climáticas comienzan a normalizarse, en lo que queda del mes de enero y hasta el 15 de febrero, se podrían realizar siembras tardías de cultivos de verano con destino a reserva (silaje, rollos o diferido), teniendo en cuenta que estos sistemas generalmente se desarrollan en ambientes de suelos clase 4 o 5 con restricciones, el sorgo es una muy buena opción.

Ajustar la carga del rodeo de invernada

Realizar un balance lo más exacto posible de la producción de forraje del campo para ajustar la carga animal.

A las tropas de animales en terminación o semigordos, venderlos enseguida o priorizar su alimentación tratando de acelerar el engorde para venderlos lo antes posible (en aquellos casos que todavía hay alimento disponible). A las categorías menores, de acuerdo a la oferta de pasto y reservas disponibles, formular dietas que puedan tener una ganancia mínima de peso diario para aprovechar luego el crecimiento compensatorio cuando mejoren las condiciones de oferta forrajera (a mediano plazo).

Tener mucho cuidado en el manejo de los novillos raza holando, en éstos no sería conveniente una restricción de alimentos, ya que el crecimiento compensatorio no se manifiesta de la misma manera que en los animales cruzas. En holando sería mejor la venta como invernada liviana o capitalización a feedlots a un % del aumento de peso (negocio difícil de lograr).

Estrategias de comercialización

Acortar el ciclo de recría o engorde. Compra de terneros con ganancias de pesos mínima y venta con pesos de 300- 320 kg. Otra posibilidad puede ser encerrar a corral con dietas sencillas de alta energía a los novillos grandes (320 a 450 kg) para su rápida terminación y venta. A esta categoría no conviene asignarle pasturas, puesto que el consumo (aproximadamente 10 kilos de materia seca/día) de un recurso valioso en épocas de sequía, puede destinarse a mantener dos animales de 230 kg promedio.

Suministro de agua

Disponer en cantidad y calidad de agua para consumo animal.

El consumo potencial de agua depende del peso del animal, estado fisiológico y temperatura del ambiente.

A medida que se incrementa el peso del animal es mayor el consumo de agua. En general, un animal adulto puede consumir aproximadamente el 8 - 10% de su peso en agua: un novillo de 400 Kg. podrá ingerir 40 litros por día. Con temperaturas del ambiente extremas, se incrementa el consumo de agua por parte del animal.

Como regla general todos los forrajes secos y/o concentrados demandan mayor cantidad de agua, que los forrajes verdes. Existe una relación directa entre el consumo de materia seca (MS) y los requerimientos de agua.

En los casos en los que se realizan mezclas de agua, hacerlo de forma gradual, para lograr un acostumbramiento del animal a la calidad de la misma. De ser posible, tratar disminuir la distancia o el recorrido hacia a las aguadas, para tal caso se recomienda utilizar aguadas móviles.

Cuando la calidad del agua posee valores de sales totales superiores a 4 g/lt pueden presentarse algunos problemas de restricción voluntaria de consumo de agua, pero los animales se adaptan bastante bien a ésta, aun cuando la producción pueda verse disminuida.

Tener especial cuidado al tipo de sales presentes en el agua. Aguas con altos contenidos de sulfatos son muy peligrosas, ocasionando diarreas, pérdida de peso y en casos extremos, muerte de animales.  Las categorías más jóvenes son las más sensibles a aguas de mala calidad.

Por lo tanto, se debe controlar disponibilidad y la calidad de las aguadas del campo en forma permanente.

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