Inversiones: cuatro de cada diez usuarios de aplicaciones crypto en la región son argentinos

El país pica en punta en la región con respecto a la adopción de activos virtuales. Se calcula que el volumen que operan alcanza los u$s 100.000 millones

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En la actualidad, más de 40 millones de personas tienen criptomonedas en América Latina. Argentina lidera la adopción per cápita, con cuatro de cada diez usuarios activos de apps crypto en la región.

Si bien Brasil tiene una economía más grande, Argentina superó su valor recibido en crypto desde junio del 2022 a julio del 2023. El volumen bruto transaccionado en crypto para Argentina fue de u$s85.400 millones aunque esa cifra llega a u$s100.000 millones por estos días.

Según el reporte "Argentina Capital Crypto: Estado de la Industria 2023" publicado por Lemon "el 2023 comenzó tras uno de los peores momentos del mercado bajista con el precio del bitcoin BTC por debajo de los u$s20.000. Esta época se caracterizó, en general, por un bajo interés en el mercado crypto por parte de nuevos usuarios. Sin embargo, la tendencia empezó a cambiar a mitad de año cuando se juntaron dos factores: la devaluación del peso argentino y la recuperación del precio del bitcoin".

En ese momento, se pudo observar claramente como creció el uso de las crypto como protección contra la devaluación del peso argentino y la inflación anual, que cerró en 211 por ciento.

En Argentina, hay más de 10 millones de cuentas de criptoactivos abiertas, según la Comisión Nacional de Valores (CNV). Esto "equipara la cantidad de cuentas abiertas en el mercado de capitales tradicional, entre fondos comunes de inversión y subcuentas comitentes", indica el informe.

Los problemas del peso argentino, sumados al alto acceso a internet (más del 92% de los hogares en el tercer trimestre de 2023) que tiene el país, les dieron a las empresas del sector una ventaja competitiva a la hora de adoptar una de las tecnologías más disruptivas de la historia.

A falta de reglas claras, la industria se viene autorregulando, adoptando buenas prácticas y estándares que superan muchas veces los de ámbitos ya regulados.

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