Las tendencias globales que están marcando el ritmo del mundo parecen tener un impacto inevitable sobre América Latina. A medida que los escenarios económicos, tecnológicos y políticos evolucionan rápidamente, los países de la región, como Argentina, Chile, Brasil y Uruguay, sienten de cerca los cambios que se originan en las principales potencias del mundo. La interconexión global es innegable, y según uno de los expertos más influyentes de la región, estas transformaciones son tan profundas que modifican no solo el contexto internacional, sino también la vida cotidiana y las decisiones de los países sudamericanos.
"El mundo está cambiando mucho", afirma Andrés Velasco Brañes, economista chileno y exministro de Hacienda de Chile. “No solo en términos de tecnología e inteligencia artificial, sino también en la economía y, especialmente, en la política”. Velasco sostiene que es necesario observar de cerca cómo estas transformaciones impactan en la vida de las personas, incluso en lugares como Buenos Aires, Santiago o San Pablo, donde, aunque las situaciones locales pueden parecer únicas, en realidad responden a una serie de tendencias globales que se desarrollan al unísono.
La primera de estas tendencias, según Velasco, está vinculada a la crisis de la política a nivel mundial. “La política en el mundo no está bien”, dice Velasco, señalando que las tensiones en lugares como China y Rusia están reconfigurando los equilibrios globales. Para el economista, el problema no es tanto la economía sino cómo la política está socavando la estabilidad de los países. “La calidad del debate, la debilidad del centro y la polarización son cuestiones que afectan a democracias en todo el mundo”, explica.
“La calidad del debate, la debilidad del centro y la polarización son cuestiones que afectan a democracias en todo el mundo” Andrés Velasco Brañes, economista chileno y exministro de Hacienda de Chile
Velasco advierte sobre la fragilidad de sistemas democráticos que alguna vez fueron modelos a seguir, como India y Hungría, que hoy enfrentan serias amenazas. “La democracia en India, una de las más grandes y diversas del mundo, corre el riesgo de dejar de ser un ejemplo”, señala. Esto, para Velasco, es un reflejo de cómo el extremismo y la polarización se han instalado en lugares antes considerados bastiones de estabilidad democrática.
Otro aspecto que destaca el economista chileno es la fragmentación económica global que se viene dando en los últimos años. “Nos criamos en un mundo que avanzaba en la integración, en la globalización y el comercio. Hoy, sin embargo, vemos cómo estas tendencias se están revirtiendo”, reflexiona. Velasco menciona las restricciones impuestas a gigantes tecnológicos como Huawei y las crecientes tensiones comerciales que están fragmentando las economías del mundo en bloques. Según él, la pregunta que surge de esta situación es si el mundo se dividirá en bloques comerciales occidentales y orientales, lo que podría redefinir la manera en que se relacionan los países y sus economías.
En este contexto, Velasco también señala el resurgimiento de políticas industriales que muchos creían obsoletas. “La política industrial, desacreditada durante décadas, está de vuelta”, afirma. Desde Estados Unidos hasta Taiwán, el economista observa cómo los gobiernos vuelven a intervenir en la economía con incentivos y regulaciones para fomentar sectores estratégicos. En su análisis, Velasco destaca que esta tendencia no es nueva para América Latina, pero que en el pasado tuvo resultados mixtos. “En nuestra región, la política industrial a menudo se tradujo en corrupción o ineficiencia, pero en lugares como Taiwán o Singapur, se manejó de manera más efectiva”, sostiene.
Para Velasco, la clave está en entender que la política industrial no es intrínsecamente mala, sino que depende de cómo se implemente. “Estados Unidos está aplicando una política industrial muy agresiva, y esto podría tener consecuencias importantes para el futuro de su economía”, argumenta. Sin embargo, advierte que no se deben ignorar los problemas que también enfrentan potencias como Estados Unidos, que, a pesar de sus recursos y capacidad empresarial, no están exentas de desafíos.
“Estados Unidos está aplicando una política industrial muy agresiva, y esto podría tener consecuencias importantes para el futuro de su economía”, argumenta Andrés Velasco Brañes
El economista chileno también destaca la importancia de observar cómo las grandes potencias manejan sus relaciones con países en vías de desarrollo, especialmente en sectores estratégicos como las materias primas. “Hay que prestar atención a lo que pasa con el cobre chileno o con las inversiones chinas en África”, comenta Velasco, subrayando que estas dinámicas tienen un impacto directo en las economías sudamericanas, que muchas veces dependen de estas exportaciones para sostener su crecimiento.
“Si bien hay oportunidades, también hay riesgos”, advierte Velasco, haciendo hincapié en que las economías de la región deben ser proactivas para aprovechar las oportunidades que surgen en un mundo cada vez más competitivo. Según el economista, el crecimiento en América Latina ha sido débil en los últimos años, con la productividad estancada y las inversiones en niveles bajos. “Si seguimos así, la ventana de oportunidad se puede cerrar”, afirma, instando a los gobiernos y empresarios de la región a actuar con rapidez y decisión.
En este sentido, Velasco cree que hay espacio para innovar y diversificar las economías locales. “Cada día más, nos comunicamos por herramientas digitales, y eso abre una puerta enorme para la exportación de servicios”, dice. Cita ejemplos de profesionales sudamericanos que, gracias a la tecnología, pueden ofrecer servicios a clientes en otras partes del mundo sin tener que desplazarse físicamente. “Tenemos ingenieros en Perú trabajando para hospitales en China o arquitectos en Colombia diseñando edificios en Europa”, agrega, demostrando el potencial de la región para integrarse en el comercio global de servicios.
No obstante, advierte que América Latina debe mejorar su velocidad de adaptación a las nuevas tecnologías si quiere competir en un escenario global. “Hay otros que están avanzando más rápido que nosotros”, dice Velasco, destacando la necesidad de implementar políticas que faciliten el acceso a la tecnología y fomenten la capacitación en áreas clave como la inteligencia artificial.
Finalmente, Velasco llama a la acción, recalcando la importancia de aprovechar las oportunidades actuales antes de que sea demasiado tarde. “Sudáfrica, Marruecos o Turquía están avanzando rápidamente; no podemos quedarnos atrás”, señala, enfatizando que los países de la región deben ponerse las pilas para no perder terreno en el escenario global.
El mensaje de Velasco es claro: las oportunidades están ahí, pero América Latina debe actuar rápido y de manera coordinada para aprovecharlas. Para el economista chileno, la ventana de oportunidad existe, pero el tiempo para actuar se está acortando.
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