El cierre de las escuelas y universidades debido a la COVID-19 afectó a una cantidad sin precedentes de estudiantes de todo el mundo. La pandemia demostró, asimismo, la necesidad de intensificar y reforzar la cooperación internacional en la enseñanza, el aprendizaje y la investigación en el ámbito de la educación superior.

Apenas seis meses después de haber sido aprobada, Noruega se convirtió en el primer país que acaba de ratificar la Convención Mundial de la UNESCO sobre el Reconocimiento de las Cualificaciones relativas a la Educación Superior.

“Esto envía una señal clara de que la Convención no solo sirve para apoyar la movilidad de los estudiantes e investigadores, sino también para reconocer los planes de estudio y las cualificaciones obtenidas gracias a las nuevas formas de aprendizaje mixto, a distancia y abierto, incluidas las transfronterizas”, afirma Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO.

Aprobada por unanimidad por los 193 Estados Miembros de la UNESCO durante la 40ª reunión de la Conferencia General de noviembre de 2019, la Convención Mundial es el primer tratado de las Naciones Unidas sobre educación superior con un alcance internacional y constituye un marco normativo esencial en favor de la reflexión y la reinvención de la internacionalización de los centros de enseñanza superior.

“Esperamos que esto permitirá que las cualificaciones de las personas en otros países sean reconocidas con mayor facilidad”, comentó Henrik Åsheim, ministro de Educación Superior de Noruega.

“Esto puede contribuir a que mayor cantidad de personas encuentren un empleo rápidamente y puedan utilizar sus competencias si se mudan al extranjero.” Guri Melby, ministra de Educación e Integración, responsable de las relaciones de la UNESCO en Noruega.

Actualmente más de 5,3 millones de estudiantes estudian en el extranjero y el 50% de estos están matriculados en cursos y programas fuera de su región de origen. La Convención Mundial se apoya en las convenciones regionales de reconocimiento ya existentes para crear un marco de principios y obligaciones basado en la movilidad académica interregional.

“Al garantizar que se puedan evaluar las cualificaciones de manera transparente y no discriminatoria, la comunidad internacional de la educación superior puede aumentar el acceso a la educación superior de manera más inclusiva, a la vez que ampliar la circulación de los conocimientos, la innovación y la creatividad entre las instituciones mundiales de la educación superior”, afirmó la funcionaria de la UNESCO.

La Convención Mundial facilitará los intercambios académicos internacionales y promoverá el derecho de las personas a que se evalúen sus cualificaciones o los periodos de estudios parciales en el extranjero mediante mecanismos justos, transparentes y no discriminatorios.

El marco jurídico de la Convención incita a los países de todo el mundo a aplicar mecanismos de intercambio de información y prácticas idóneas, así como a construir redes en el ámbito de la educación superior. La Convención entrará en vigor cuando sea ratificada por 20 países.