Los estereotipos no son hechos naturales. No surgieron de la naturaleza humana. Se construyen socialmente, de la misma forma que el concepto de género.

Además, los estereotipos de género no son iguales en todas las épocas y en todos los lugares. Incluso no son iguales para todas las personas de un mismo lugar, de un mismo tiempo histórico.

Estos estereotipos establecen diferencias, características, roles y funciones que dan origen a las desigualdades entre los géneros y constituyen expresiones de discriminación.

Estas situaciones esconden nociones arraigadas socialmente vinculadas a la inferioridad y subordinación de las expresiones de identidad de género que no se ajustan a la cisheteronorma.

Para vivir en una sociedad libre de violencias, es fundamental comenzar a cuestionar y erradicar los estereotipos de género que promueven discriminación y accesos desiguales a derechos y oportunidades.

La ESI permite cuestionar y erradicar los estereotipos de género que promueven discriminación, prejuicios, violencias y desigualdades, aportando a una sociedad más justa, democrática e igualitaria.