Franco Bartolacci, rector de la UNR, presentó un informe de ejecución pesupuestaria, y destacó datos que, desde su punto de vista, demuestran que la casa de estudios eficientizó sus gastos incluso desde antes que asumiera el actual gobierno nacional. Entre ellos, que los cargos de gestión bajaron de 579 en 2019 -cuando inició su primer mandato el actual rector– a 268 en 2024.  Además, lamentó que los recortes de fondos dispuestos desde Nación deja inconclusas obras importantes que tenían un alto nivel de avance.

El rector planteó que en su gestión siempre se priorizó "una administración razonable, eficiente y responsable de los recursos recibidos".

"El único rubro que ha caído sustancialmente desde el 2019 hasta acá es el rubro de autoridades. Se redujeron los cargos de gestión en más de la mitad, mientras que se mantuvo más o menos constante en el escalafón no docente y hubo un incremento sostenido en la docencia. En ese mismo período de tiempo, la universidad creó cuatro escuelas preuniversitarias nuevas, una escuela de oficios, una secundaria virtual y al menos 10 carreras de grado y pregrado que convocan hoy a más de 25.000 nuevos estudiantes que están cursando. Todo eso naturalmente requiere no solo inversión en infraestructura, sino personal para poder funcionar, y lo hicimos optimizando recursos, estableciendo prioridades, sin recibir presupuesto adicional para esos proyectos en marcha, haciendo una administración eficiente de lo que recibimos en años difíciles para garantizar que la Universidad siga creciendo”, explicó Bartolacci con respecto a la cantidad de personas que trabajan en la Universidad.

Los cargos docentes eran 12.206 en 2019 y son 13.192 en 2024, período en el que se incorporaron 8 carreras de grado (Turismo, Diseño Industrial, Gestión Cultural, Diseño Gráfico, Diseño de Indumentaria, Corretaje Inmobiliario, Seguridad Ciudadana y las Tecnicaturas en Inteligencia Artificial y Relaciones del Trabajo), la nueva escuela preuniversitaria de Ciencias Sociales y 3 escuelas medias en General Lagos, El Trébol y en Puerto General San Martín, además de la puesta en marcha de una Escuela de Oficios y una Secundaria virtual.

Al 31 de octubre de 2024, los gastos de personal representaron el 95% de la asignación presupuestaria mientras que el 5% restante fue utilizado para el funcionamiento de las facultades, escuelas preuniversitarias, dependencias y programas de la UNR. Estos gastos de personal se rinden mensualmente a la Secretaria de Educación de la Nación, mientras que los gastos de funcionamiento, que se ejecutan bajo la normativa que asiste a la administración pública nacional, se rinden semestralmente a la Contaduría General de la Nación. En ambos casos, sometidos de manera permanente a controles de auditorías internas y externas que se encuentran vigentes. Sin ir más lejos, la UNR tienen sólo en los últimos 5 años, 98 informes de auditorías aprobados por la Sindicatura General de la Nación. 

“Hay un parámetro ideal definido por el sistema universitario que establece que la relación entre salarios y gastos de funcionamiento debería ser de 85-15. Progresivamente nos alejamos cada vez más de esa situación y la relación se va distorsionando, generando las dificultades que tenemos, producto de que el incremento para gastos de funcionamiento no se produce al mismo ritmo que el de salarios, mucho más pronunciado en contextos inflacionarios como los que atravesamos. Hemos tenido un período donde empezamos a bajar y a recomponer esa relación, este año se volvió a distorsionar. Estamos en un 95.5 afectado a salarios, vamos a terminar el año más cerca del 96, y eso plantea una perspectiva para el año que viene de mayores dificultades”, describió el rector.

Obras que avanzan, obras frenadas

 

“El impacto más fuerte del desfinanciamiento se siente en la inversión prevista para obras de infraestructura, mantenimiento y equipamiento”, indicó Bartolacci. En cuanto a las obras de infraestructura, las únicas que siguen avanzando son las que se pudieron solventar con fondos propios de la UNR, entre ellas la más importante es la restauración y rehabilitación de la Facultad de Derecho que se encuentra en la última etapa y a la que se destinaron $660.613.667,53 del presupuesto 2024 de un total de $1.914.689.569,56 previsto en el total de la obra.

Otras obras son: el tendido de alimentadores eléctricos del edificio del Área Salud (CUAS); el ingreso por calle Suipacha a la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas (CUAS); instalaciones de gas y problemas edilicios en distintas dependencias; readecuación de cubiertas, aberturas y baños de la Facultad de Psicología; cerco perimetral de la Ciudad Universitaria (CUR). El total de inversión en 2024, incluida la obra de Derecho, es de $875.847.922,89.

El rector confirmó que el Plan Nacional de Infraestructura Universitaria está paralizado y no se va a retomar. “De esas obras, la finalización de la obra del anexo de la Facultad de Odontología es la que más pena nos da porque le queda realmente muy poco para poder finalizarse y no tenemos hoy manera de garantizar que eso sea así. Además, la construcción de un aulario encima del comedor del área salud, que también está en una ejecución del 15 a 20%, y la obra de construcción de un nuevo edificio de la Facultad de Ciencias Veterinarias, que está por debajo incluso de eso, alrededor del 8% de ejecución. En esos tres casos ya hay confirmación de que no va a haber financiamiento para terminar y tendremos que prever con financiamiento propio cómo podemos hacer”, anticipó.

“Esto es como una casa. Cuando uno no invierte sostenidamente en mantenimiento, los problemas progresivamente empiezan a ser mayores. Nosotros este año no tuvimos dificultades grandes porque veníamos con una inversión sostenida, aún cuando quedan muchas cosas pendientes, en todas las dependencias. En una universidad tan grande, tan extendida geográficamente y con tantos edificios históricos que además requieren un mantenimiento adicional, vamos a empezar a tener problemas cada vez mayores si no se modifica la situación presupuestaria. Y las dificultades ahí van a ser graves y es donde más impacta y donde más se resiente la inversión presupuestaria”, advirtió sobre lo que viene en cuanto al deterioro edilicio.

Los servicios, más del 15% del gasto 

 

El incremento del gasto en servicios públicos creció de forma vertiginosa en el último año, tal como le pasó al resto de la población, la UNR tuvo que afrontar aumentos de hasta el 600% en servicios básicos como son el gas, la luz, el agua. El gasto en comunicación, datos e internet sufrió un crecimiento de 1433.97%, con una comparación que surge de un desembolso de 17 millones en 2022, 18 millones en 2023 y más de 279 millones en este rubro hasta octubre de 2024. 
El servicio de aguas, pasó de 8 millones en 2022, 16 millones en 2023, y 77 millones en 2024, con una suba de 378%. La electricidad costó 130 millones en 2022, 355 millones en 2023 y 1.121 millones hasta octubre del 2024, con un aumento de 215%. El gas fue otro de los servicios que se encareció en el último año por la quita de subsidios, con un aporte de 5 millones en 2022, 6 millones en 2023, y 48 millones en 2024, que representa un incremento del 670%. La telefonía digital, aumentó 59% y los servicios de seguridad un 98% en el último año.

“Entre el 10 y el 15% del presupuesto total de gastos de funcionamiento de la universidad debemos destinarlo solamente al pago de la luz, y alrededor de un 20% del presupuesto a la totalidad de los servicios. La incidencia en el total del presupuesto conforme avanzan los años es cada vez mayor y va impactando negativamente en la posibilidad de garantizar y sostener la inversión en los otros rubros”, resumió el rector.

“A octubre tenemos una pérdida en términos reales del 19% del presupuesto, terminaremos el año por encima del 20 y se prevé un 8 por ciento adicional para el 2025 si no media una modificación del presupuesto proyectado. Naturalmente tendremos el próximo año mayores dificultades”, especuló.