Tito Ingenieri, un soldador de la ciudad bonaerense de Quilmes, construyó una casa con casi 3 millones de botellas de vidrio que es modelo en todo el mundo. Además de ser sustentable y apostar por el reciclado, la construcción es cómoda –con tres plantas– y una búsqueda estética que llama la atención a quien la visita.

Tito contó este martes en el programa Podría ser peor (Radio 2) que tardó 28 años en terminarla y “la idea era que la gente la copie”. En ese sentido contó que ayudó a personas de todo el país a seguir su modelo de construcción.

 “Creo que el argentino siempre fue de reciclar, de reparar porque es muy ingenioso”, manifestó y aseveró que su idea “era hacer una casa alternativa, rápida”.

“Hace 50 años que sueldo y empecé a hacer estructuras de hierro, un armazón que después llené con botellas. Tardé 28 años en construirla y todavía la estoy terminando. Me falta terminar unos techos”, reconoció Tito.

Ingenieri describió que el hogar tiene tres plantas: “Cocina comedor, habitación con baño y una habitación más arriba”.

Hice una casa para vivir, sin pensar en la repercusión. Después llegaron los reconocimientos. Vinieron de Noruega, Bélgica, Nepal, Japón, de Canadá, de Finlandia, de todos lados”, contó Tito.

El dueño de la vivienda también dijo que tuvo muchas colaboraciones de personas que le donaron las botellas para la construcción. Por eso, dice: “La casa en realidad es de Quilmes, no es mía”.

Tito Ingenieri dijo que, aunque la casa “es un poco calurosa en verano”, se colocaron aires acondicionados para mantenerla fresca cuando es necesario.