La farmacéutica china Fosum Pharma llegó a un acuerdo con su socio alemán BioNTech que le permitirá producir 1.000 millones de dosis anuales de la vacuna de Pfizer-BionNTech contra el coronavirus, informaron este lunes los medios locales.

Se trata de la vacuna que Argentina por ahora no pudo conseguir y que ahora tendrá una mayor capacidad de producción. Ya para 2021, la farmacéutica se había puesto como meta fabricar 2.500 millones de dosis. La vacuna de Pfizer-BioNTech es una de las que tiene mayor eficiencia en todo el mundo contra el coronavirus, con cerca de un 95 por ciento.

Fosun Pharma comunicó el domingo a la bolsa de Shanghái que invertirá un máximo de 100 millones de dólares para producir la vacuna con BioNTech, que suministrará la patente y el conocimiento tecnológico. Fosun tiene los derechos exclusivos para suministrar la vacuna en la China continental, Hong Kong, Macao y Taiwán, según el acuerdo.

BionTech anunció además este lunes un plan para trasladar su sede central para Asia a Singapur y crear una fábrica en ese país, que "proporcionará capacidad de suministro regional y global", así como una "capacidad de producción de respuesta rápida".

Hong Kong y Macao aprobaron el uso de Pfizer-BioNTech para situaciones de emergencia, aunque la vacuna no ha recibido aún la aprobación de las autoridades de Pekín para su uso en China continental.

Según algunas informaciones, el Gobierno chino podría dar luz verde para la vacuna contra el covid-19 el próximo julio, lo que la convertiría en la primera extranjera que se aprueba en el país.

Hasta el momento China aprobó cinco vacunas nacionales contra el coronavirus, que han administrado más de 317 millones de dosis de sus sueros entre la población del país. Pekín prevé tener vacunados a un 40 por ciento de sus habitantes a finales del próximo junio.

"Creo que todo va a migrar lentamente a este modelo de transferencia tecnológica. Hay compañías como AstraZeneca que sólo tienen esa opción porque no son compañías de vacunas. Pero ahora el gran cuello de botella son la capacidad de producción y los insumos", explicó a Clarín una fuente vinculada a la industria farmacéutica internacional.

La negociación en Argentina

 

El gobierno argentino está en trámites de retomar la negociación con Pfizer, aunque aún no hay novedades.

Uno de los pedidos del gobierno argentino cuando negoció con Pfizer el año pasado fue que la vacuna se pudiera producir en el país, algo que en aquel momento el laboratorio no estaba dispuesto a conceder. Sin embargo, le había ofrecido a nuestro país 10 millones de dosis.

Pero el gobierno pretendía que existiera transferencia de tecnología. Antes esa imposibilidad, empezó a enfocar la mirada hacia AstraZeneca, que sí le permitía contar con la producción del principio activo en la Argentina, más precisamente en el laboratorio Mabxience de Garin.

A partir de ese acuerdo alternativo, las relaciones entre el Gobierno y Pfizer se enfriaron. Las "necesidades" de Argentina se redujeron entonces y su voluntad de compra pasó a ser de apenas 750 mil dosis.

Esa drástica reducción de la demanda se dio a la par del conflicto por la ley de vacunas que se aprobó en el Congreso, con la que Pfizer no estuvo de acuerdo. Sobre todo por cuestiones vinculadas a quién debía hacerse responsable en caso de existir efectos adversos de la vacuna, y de qué manera.

Pfizer reclamó que el Gobierno respondiera con bienes soberanos ante eventuales juicios, incluso en casos de negligencia de la farmacéutica. El entonces ministro Ginés González García habló de cláusulas "abusivas" que no estaban dispuestos a conceder.

Mientras tanto, Pfizer cerró contratos bajo la misma lógica con seis países latinoamericanos. El primero que tuvo la vacuna fue Chile, que le compró 10 millones de dosis, de los cuales 2,8 millones ya fueron entregados. El tema de los bienes patrimoniales no era excluyente: Perú logró salir de ese apremio con la contratación de un seguro internacional.

Brasil también hizo una primera compra por 100 millones de dosis luego de una larga negociación. El acuerdo se anunció a comienzos de abril. Hace pocos días se conoció la noticia de que ese país estaba realizando una segunda negociando la chance de duplicar esa cantidad.

A fines de abril, la asesora presidencial argentina Cecilia Nicolini aseguró que el Gobierno había retomado las negociaciones con Pfizer. Sus declaraciones se conocieron en el momento en que se supo que AstraZeneca, luego de una serie de dilaciones, no podía garantizarle al país una fecha de entrega de los 22,4 millones de vacunas contratadas.