Leandro de Souza, un brasileño de 36 años, está borrando su pasado, un pulso láser a la vez, después de una conversión religiosa que lo llevó a reconsiderar su vida. De Souza tenía más de 170 tatuajes que cubrían aproximadamente el 95% de su cuerpo, pero ahora se encuentra en un proceso de eliminación que podría durar hasta ocho sesiones.
Después de una conversión religiosa hace dos años, De Souza decidió retirar las obras de arte que cubrían su cuerpo: "No me sentía bien, ya no me convenía", declaró. El cambio coincidió con su adopción del cristianismo evangélico y su compromiso de mantenerse alejado de las drogas y el alcohol.
El proceso de eliminación de tatuajes es agotador y doloroso, según De Souza. "Si imaginas que una persona va allí a quitarse uno del dedo y ya se queja de dolor, imagina una sesión en toda la cara, que involucra tres tipos de láser", dijo. Ya ha completado cinco sesiones en su rostro y espera terminar el tratamiento en un futuro próximo, según publicó CNN Brasil.
Leandro de Souza, o homem mais tatuado do Brasil, compartilha resultado da quinta sessão de remoção das tatuagens pic.twitter.com/3WZwOYvyCu
— WWLBD ✌�� (@whatwouldlbdo) September 1, 2025
El estudio que realiza los procedimientos enmarca el proyecto como algo más que cosmético. "Es importante recordar: los tatuajes no definen el carácter", dijo el estudio. "Lo que transforma una vida son las decisiones, el esfuerzo y la determinación de seguir adelante".
De Souza advierte a los demás sobre los tatuajes faciales. "Piénsalo bien antes de hacerte un tatuaje en la cara porque me arrepiento", dijo. Ahora se enfoca en su recuperación y publica fotografías en su Instagram que muestran los contornos desvanecidos de diseños que alguna vez fueron permanentes.



