El periodista del diario La Capital Leo Graciarena fue víctima de un acto de intimidación policial al ser detenido por efectivos en un patrullero cuando volvió de realizar una cobertura por un crimen en San Lorenzo, obligado a identificarse y colocar las manos sobre el capó del remís en donde viajaba.

La Comisión de Libertad de Expresión del Sindicato de Prensa Rosario (SPR) expresó este viernes su preocupación por la situación por la que atravesó por la mañana el periodista del diario local.

Graciarena volvía de realizar una nota sobre el asesinato de Brian Sánchez -ocurrida en la tarde del jueves-, en el Barrio Norte de la ciudad de San Lorenzo. Cuando el trabajador de prensa emprendió el regreso hacia Rosario en remís, a unas diez o doce cuadras del barrio en el que había estado, un móvil policial lo detuvo.

El periodista de La Capital relató que en la avenida Costanera, un camino de tierra por el cual circulan camiones que buscan empalmar con la Ruta 11, se le presentó desde atrás un patrullero que haciéndole seña de luces obligó a parar al vehículo contratado.

Graciarena descendió del auto y cuando le pidieron que se identificara, de inmediato mostró su documento de identidad y la credencial que lo acredita como trabajador del decano de la prensa. En ese momento, una mujer policía que portaba un arma de gran porte, le indicó que pusiera sus manos sobre el auto, a lo que Graciarena le respondió que él estaba haciendo su trabajo y que se había identificado, informó el SPR.

Además, el cronista observó que uno de los dos efectivos que estaban en el lugar no llevaba su identificación, lo que le hizo saber de inmediato. Llevar identificación es una obligación de todo el personal policial, lo que de otra manera deja en desventaja a los ciudadanos con los que interactúan. Al hacer notar esta falta, se generó una situación tensa, que el periodista sintió intimidante, añade el comunicado.

Momentos después, le solicitaron el permiso de circulación correspondiente: el periodista demoró en exhibirlo porque lo llevaba en su celular, y enseguida los oficiales le achacaron que “estaba en falta”. Cuando finalmente lo mostró, ambos agentes ya no estuvieron interesados en revisarlo.

De acuerdo al relato de Graciarena, lo llamativo de la situación fue que al único que solicitaron identificación fue a él y a quien ordenaron poner las manos sobre el capó del vehículo, en tanto no lo hicieron con el remisero ni con los vecinos que estaban en el lugar, ni con los conductores de los camiones que pasaban. A nadie más se le requirió identificación. Graciarena pasó por un mal momento y evaluó la situación, al menos, como intimidatoria respecto de su propio trabajo profesional.

“La Comisión del SPR hace público el hecho en la búsqueda de que situaciones como la narrada no vuelvan a repetirse, sobre todo con alguien como Graciarena que contaba con toda la documentación para realizar su trabajo, mucho más que importante, esencial, en momentos como el que vivimos”, concluyó el Sindicato de Prensa.