La excelente performance electoral de Javier Milei en las elecciones primarias nacionales del domingo 16 de agosto promovieron una explosión de sus ideas libertarias por medios de comunicación y redes sociales. ¿Qué piensa en materia de Salud? ¿Cómo ve el líder de La libertad avanza (LLA) la prestación de este servicio que en Argentina es público y privado?

El secretario de Salud municipal de Rosario, Leonardo Caruana, también candidato a concejal por el Frente Amplio por la Soberanía, elaboró un documento que compartió en sus perfiles, en el que analiza la posibilidad de que, ganadas las elecciones nacionales por Milei en octubre, instrumente varias modificaciones, entre ellas, que el Estado deje de subsidiar hospitales para pasar a hacerlo a cada paciente. “el sistema no puede funcionar así sin colapsar y dejar a miles sin cobertura, porque justamente un sistema no funciona individualmente”, remarcó en su exposición y aclaró de forma directa: “Desaparecerían los 56 centros de salud, el Heca y el Vilela”.

El médico sanitarista con 30 años de profesión en la ciudad, comenzó haciendo una aclaración: “En nuestro país tanto usuarios/as exclusivos de los servicios públicos, como las personas que utilizan los servicios privados porque tienen capacidad de pago o algún aseguramiento, son beneficiarios/as del sistema de protección de la salud estatal, en tanto, las prestaciones de alto costo que se ofrecen en todos los sectores están subsidiadas para garantizar cobertura, ya que de otro modo, las obras sociales y las empresas que complementan la oferta estatal, no podrían sostenerse”, indicó.

“No vamos a negar las enormes dificultades que existen a la hora de garantizar acceso y cobertura integral en los establecimientos asistenciales”, advirtió y brindó precisiones sobre las problemáticas que atraviesa el sector. “Todo esto, si bien nos obliga a repensar el sistema de salud en su totalidad, no le da credibilidad a la supresión de las instituciones del Estado en todos los niveles y su reemplazo por una tarjeta de cobertura mínima para comprar servicios básicos en establecimientos privados. Esos son espejitos de colores. Cualquier replanteo tiene que ser superador y no regresivo negando la historia institucional argentina en términos de salud, educación y otros servicios públicos”, consideró.

“Concretamente, ante la propuesta de Milei en relación a los "voucher", quiero dejar en claro que no hay voucher de prestaciones que garantice derecho pleno”, continuó y destacó: “Es indispensable pensar las propuestas de Milei juntas, como una plataforma, porque quizás, podría no sonarnos tan mal que nos den un voucher que se cambie por prestaciones. El problema principal radica en cómo piensa Milei los problemas de salud y el Estado. Para él son problemas individuales en los que el Estado no tiene que intervenir más que transfiriendo recursos a través de dichos vouchers individuales”, completó.

“Pero el sistema no puede funcionar así sin colapsar y dejar a miles sin cobertura, porque justamente un sistema no funciona individualmente. Porque la estructura de atención, el acuerdo público- privado para garantizar el acceso, en su propuesta, desaparecería”, agregó y subrayó: “En particular en nuestra ciudad desaparecerían los 56 centros de salud u hospitales como el Heca o el Vilela”.

Luego, brindó dos ejemplos. “El primero, un caso en el que Milei votó en contra de la atención de los bebés que nacen con cardiopatías congénitas, hoy la principal causa de muerte en menores de 1 año. Podemos pensar que es una enfermedad que solo es responsabilidad de quien la padece y, en todo caso, de su familia, si consideramos a las enfermedades como problemas individuales que cada uno debe resolver. Entonces allí no habría un Estado que prepare el sistema para atenderlos integralmente, garantizando contar con la tecnología para la detección precoz, tal como proponía la ley rechazada por Milei. Incluso me pregunto qué pasaría si el monto de cobertura no fuera compatible con los costos del tratamiento y la familia no tuviera capacidad de cubrirlo”, apuntó.

El segundo caso es la pandemia, que difícilmente alguien pueda aseverar que haya sido la última. Imagínense si hubiéramos afrontado la pandemia como individuos sin Estado, nunca hubiera habido atención para todos, colaboración publico privada, compra de respiradores y adecuación del sistema para garantizar la atención de cualquiera, nunca hubiera podido haber compra de vacunas, y menos aún desarrollo”, planteó a continuación.

En el tramo final, observó: “En un mundo globalizado como el actual, donde un virus pandemia puede circular en tiempo real, que la salud dependa de la capacidad de pago de sus ciudadanos/as redunda en un riesgo de dimensiones catastróficas para toda la población”.