El ex presidente francés Nicolas Sarkozy fue declarado culpable de los delitos de corrupción y tráfico de influencia y condenado a tres años de prisión por el caso de soborno a un juez a cambio de información privilegiada sobre una investigación acerca de su campaña presidencial.

Sarkozy, junto a su abogado Thierry Herzog y el magistrado Azibert, estaba investigado por el llamado caso de las escuchas o caso Paul Bismuth. En 2014, durante una investigación por supuesta financiación ilegal de su primera campaña presidencial con dinero libio, los jueces pincharon un teléfono móvil del ex presidente y su abogado registrado bajo el nombre de Bismuth.

Lo que descubrieron fue el intento de conseguir, a cambio de favores, que el magistrado Azibert les diese información sobre un tercer caso judicial que afectaba a Sarkozy.

Nicolas Sarkozy, quien ocupó el Elíseo entre 2007 y 2012, sigue defendiendo su inocencia en este proceso y en todos los demás en los que está o ha estado involucrado. Dice ser "víctima de un encarnizamiento judicial sin fundamentos" durante los últimos seis años.

El expresidente francés ha sido el primer expresidente de la V República, el régimen presidencialista francés fundado en 1958, en sentarse físicamente en el banquillo de los acusados en un juicio penal.

Su antecesor y mentor, Jacques Chirac, fue juzgado y condenado en 2011 por malversación de fondos públicos en el caso de los empleos ficticios del Ayuntamiento de París cuando era alcalde, pero no asistió al proceso por problemas de salud. Sarkozy, retirado de la política, pero influyente en la derecha francesa, también resultó el primer expresidente juzgado por corrupción.