La comunidad médica del hospital Provincial continúa conmocionada luego del dramático episodio ocurrido el martes a la noche en el que sicarios asesinaron de un disparo en la cabeza al policía Leoncio Bermúdez en el ingreso de la guardia. Desde el miércoles que el edificio permanece cerrado, sin recibir pacientes (salvo urgencias) y solo cuidando a quienes ya estaban internados.

La decisión de los trabajadores, consensuada con las autoridades del hospital, fue cortar el servicio a la espera de algunas modificaciones para garantizar que el entorno en el que se realizan las prestaciones médicas sea lo más seguro posible.

Uno de los principales planteos de los gremios sanitarios era que el hospital, ubicado en pleno barrio Martin, deje de atender presos. Según destacó la directora del nosocomio, Teresa Ghio, por día llegan a tener entre seis y siete presos caminando por los pasillos con sus respectivas custodias.

Ese pedido fue tomado por el ministerio que, tras el crimen de Bermúdez, dispuso redistribuir los turnos ya asignados a reclusos que debían atenderse en el lugar. Además, la propia ministra de Salud, Sonia Martorano, firmó una resolución en la que suspende por 30 días la recepción de personas privadas de la libertad en ese hospital. 

El plazo estipulado en el escrito responde al cambio de gestión que se dará en diciembre y la posibilidad de que la nueva ministra del área, Silvia Ciancio, pueda definir si mantiene o no esta decisión. 

Además de suspender la atención a presos, el ministerio se comprometió a comenzar a realizar una serie de reformas en la guardia para mejorar la seguridad. El principal cambio tiene que ver con que los policías que estaban apostados en un contenedor frente al ingreso, desde donde salió corriendo Bermúdez, pasarán a tener un lugar dentro del edificio.

En lo que respecta a la infraestructura, esta semana hubo reuniones entre los directivos con funcionarios de Salud y Seguridad para acordar modificaciones que permitan un mayor control sobre las personas que ingresan.

Entre otras cosas, el objetivo es instalar una puerta blindada y reforzar el monitoreo con cámaras. El problema es que, por el momento, no están consiguiendo las cerraduras especiales que se utilizan para este tipo de cerramientos, por lo que su instalación está demorada.

Pese a esto último, desde el directorio del Provincial confían en llegar a un acuerdo con los médicos para poder empezar a normalizar la atención del hospital en simultáneo con el inicio de las obras.