El presidente de la Corte Suprema de Justicia, el santafesino Horacio Rosatti, se recibió este miércoles de doctor en Historia con una tesis doctoral de 10, en la que realiza un incisivo análisis del lenguaje del máximo tribunal y concluye con una crítica muy lúcida y actual sobre la forma confusa en la que se expresa.

Según publicó La Nación, Rosatti se convirtió en doctor en Historia por la Universidad Católica Argentina (UCA) con un 10 summa cum laude (los más altos honores) este miércoles por la mañana tras enfrentar las observaciones de un duro tribunal examinador, integrado por Angélica Corva, Ezequiel Abásolo y Antonio Hernández, que reconoció sus aportes: el ministro de la Corte analizó el lenguaje del máximo tribunal a través de 386 sentencias dictadas entre 1973 y 2002.

En su defensa de tesis, titulada “El leguaje de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Un registro de treinta años (1973-2002)”, Rosatti cuestionó la redacción de las sentencias y concluyó que el problema está en el emisor, no en el receptor. Sostuvo que hay “cierta falta de entendimiento que puede haber conducido –entre otros factores– a que el mensaje de los fallos sea en ocasiones malinterpretado o, en el extremo, desoído”.

Destacó que este lenguaje de la Corte es bilingüe y hay una “inadecuada relación” entre lo técnico y lo “no técnico” del lenguaje que genera una jerga para especialistas y otro para legos. Es necesario así que aparezcan los traductores de este lenguaje que son los jueces y abogados que lo hacen comprensible para las partes.

El juez de la Corte entrevistó a tres de los cinco ex jueces del máximo tribunal que están vivos sobre los modos de escribir y reveló que le comentaron que ellos escribían para las partes. Por eso Rosatti advirtió del “riesgo del bilingüismo en derecho” porque no solo es ciencia, sino que resuelve conflictos y oír eso está dirigido a la comunidad”.

“Entender una sentencia es condición necesaria para cumplirla”, enfatizó.