El río Paraná volvió a bajar este sábado por debajo del metro cero en el puerto de Rosario. Tras perder ocho centímetros durante el viernes, la altura se ubicó en 0,05 metros este sábado a primera hora pero al mediodía, en el segundo registro oficial de Prefectura, marcó -0,1.

Los especialistas avisan que el caudal seguirá en descenso y los próximos meses la seca se agravará. Según el último informe del Instituto Nacional del Agua (INA), la tendencia descendente “continuará predominando en los próximos tres meses”.

El INA proyecta la curva hacia niveles negativos en Rosario.

Al margen del pronóstico no favorable, las consecuencias ya se advierten de diversas maneras. En la costa rosarina, uno de los impactos es sobre las guarderías naúticas que se les dificulta trabajar de forma normal.

El prefecto Walter Rossende aseguró a Rosario3 que la situación está "muy complicada para la navegación en términos generales en la región" y las guarderías están "muy restringidas".

La situación no afecta a todos por igual. En general impacta más en los clubes.

En cambio, guarderías privadas con capacidad de realizar algunas obras o mini dragados pudieron seguir operando, como por ejemplo Henry Morgan, MyM, Botar, Los Marinos o Puerto Pirata, entre otras. 

Hacia el norte del Gran Rosario, según dijo Rossende, jefe de la Prefectura de San Lorenzo, algunos puntos al estar más cerca del canal pueden todavía bajar embarcaciones.

Sobre las obras o dragados que realizan las guarderías privadas, señaló que al interior de una dársena pueden llevar adelante tareas de mantenimiento siempre y cuando no avancen hacia el caudal natural del río.

El prefecto mayor agregó que la esa fuerza nacional se encarga de mantener una navegación segura para el sector mercante o comercial y articula con diversos organismos del Estado. También avisa a los municipios si advierte zonas de posible derrumbre o desmoronamiento. En lo deportivo o recreación, han reforzado la seguridad y los cuidados especiales a la hora de navegar para evitar incidentes por la bajante.

El estado de situación de las guarderías es clave para un grupo de personas que no pueden acceder a sus embarcaciones y llegar a ranchos o casas en la zona del Paraná viejo, El Embudo y el Charigüe.

Algunos, incluso, en los últimos días optaron por intentar llegar por vía terrestre: a pie, en bicicletas o a caballo. Al ingresar a campos o terrenos privados en búsqueda de servidumbres de paso generan, a su vez, una tensión adicional que preocupa a los isleños.

En ese marco, desde el sector pidieron extremar cuidados en la navegación y evidenciar la problemática que afecta a quienes viven en las islas y tienen dificultades para trasladarse a Rosario. Una advertencia en medio de una crisis que amenaza con prolongarse (y profundizarse).