La novela por la compra de Twitter por parte de Elon Musk concluyó con la confirmación de la adquisición de la plataforma que el multimillonario cerró este jueves por la suma acordada originalmente: USD 44.000 millones. Ni bien se convirtió en el nuevo propietario de la red social, Musk despidió a varios ejecutivos para comenzar a implementar los cambios que tiene planeados. 

Durante las últimas horas, el dueño de SpaceX y Tesla se refirió a la compra a través de diferentes publicaciones en Twitter. "El pájaro está liberado", escribió Musk en las primeras horas del viernes.

Según informaron medios especializados de Estados Unidos, entre los directivos que el magnate removió de sus cargos al llegar a la empresa se encuentran el exdirector ejecutivo Parag Agrawal, el exdirector financiero Ned Segal, el exjefe de políticas y asuntos legales Vijaya Gadde, y el exconsejero general de Twitter, Sean Edgett.

Los tres directivos abandonaron el edificio escoltados por la seguridad de la empresa, según informó la agencia Reuters.

Regulación del discurso y libertad de expresión

Musk venía acusando desde hace meses a los ejecutivos de la empresa de engañarlo a él y a los inversores sobre la cantidad de cuentas falsas que hay en la red social. Además, se ha expresado de manera muy crítica con respecto a las decisiones sobre los productos y la moderación de los contenidos.

El interés del hombre más rico del mundo en Twitter surgió, fundamentalmente, a raíz del lugar que la plataforma se ganó a nivel global en materia de discusión pública, un aspecto sobre el cual él mismo aseguró que trabajará priorizando la libertad de expresión.

Elon Musk será en el nuevo CEO de Twitter hasta que se designe a alguien más.

Esto ha generado preocupación entre algunos de los anunciantes por la posibilidad de que discursos de odio cobren una trascendencia incluso mayor a la ya existente. Y teniéndolo en cuenta, Musk publicó una carta abierta en la red social refiriéndose precisamente a esa cuestión.

El nuevo dueño de Twitter aseguró que su intención no es convertir a la plataforma en un "infierno sin límites para todos donde se puede decir cualquier cosa sin consecuencias". En ese sentido, afirmó que el objetivo con esta compra no es "hacer dinero", sino "tratar de ayudar a la humanidad".

"Además de respetar las leyes, nuestra plataforma debe ser acogedora para todos", sostuvo, y añadió que los anuncios que se hagan deberían responder a las "necesidades" de los usuarios.

Desde que el multimillonario entró a la pelea por Twitter en abirl de este año, el precio de la acción ganó un 36% (justo al lado del precio de la oferta, 38% mayor al del 1° de abril).

Según un artículo del Washington Post, Musk informó a inversionistas que esperaba, a largo plazo, despedir al 75% de los 7.500 empleados de Twitter.

Según cifras internas de la compañía, más de 700 empleados ya han dejado el grupo californiano desde junio. "Son más bien salidas voluntarias, bien sea por razones éticas, o por razones puramente financieras. Porque una empresa que no cotiza es menos interesante", indicó un empleado a la agencia AFP, en referencia al interés de Musk por sacar a Twitter de la bolsa de valores.