Fredy es un profesor de básquet del club Echesortu. Cuando cerraron las instituciones deportivas por la pandemia, decidió tomar su bicicleta y salir casa por casa a darles clases a sus alumnos.

Con un aro improvisado, conos para utilizar en los ejercicios y la pelota, el profe encontró la forma de burlar, aunque sea por un rato, la imposibilidad del contacto con los chicos. Les da herramientas para que sigan entrenando y aporta al esparcimiento.

“Ya estuve encerrado un año, por eso cuando se dieron estas nuevas restricciones se me ocurrió esta idea. Le pedí a dios que me acompañe para poder venir a ver a estas criaturas que tanto necesitan esto”, dijo Fredy en El Tres.

“En el club hay casi cien chicos que juegan al básquet, entonces todos los días armo un cronograma para pasar por la casa de cinco o seis”, agregó el profe.

“Esto no es solo picar una pelota y tirar al aro, acá hay compañerismo, amistad, un montón de valores que durante este tiempo no se puede alimentar y nosotros estamos para recordarles que ya vamos a volver”.

Y cerró: “Yo no soy el único que hace esto, hay muchos colegas que ponen su granito de arena para ayudar en lo que se puede”.