Una imagen de los jeroglíficos de 3.000 años encontrados en el templo de Seti I en Abydos, Egipto, parece mostrar un helicóptero, un avión de aspecto futurista y un avión, entre insectos y serpientes. Ahora afirman que esos jeroglíficos son evidencia de que los egipcios deben haber visto, o al menos tener imágenes de, esos aviones modernos.

Según los creyentes en este tipo de teorias, los extraterrestres que visitaron la tierra desde el futuro, estaban detrás de las pirámides egipcias e incluso del Stonehenge de Gran Bretaña.

Stephen Meera, presidente de la Asociación de Investigación y Entrenamiento Paranormal de Manchester, presentó la imagen de los jeroglíficos durante una conferencia sobre ovnis celebrada en Westminster, Londres.

El ovniólogo le dijo a la audiencia: "Miren, tiene lo que parece la pala del rotor y aquí está lo que parece un timón". Hablando sobre el avión, Meera agregó: "¿Y qué hay de esto? ¿Es eso un timón y esto el ala?. No digo que esto sea un helicóptero, pero vale la pena considerarlo. ¿Por qué pusieron estas imágenes y si las hubieran visto?".

Para los escépticos, sin embargo, los jeroglíficos tallados no son una prueba de que los antiguos egipcios encontraron criaturas del futuro, ya que ninguno de sus escritos menciona aviones o criaturas que viajan en el tiempo.

Según el blog Rain is Cool , las marcas son fruto de un error. Los jeroglíficos se crearon mediante tallas superpuestas con varios nombres, incluidos los faraones Seti I y Ramsés II, superpuestos uno encima del otro, creando efectivamente los jeroglíficos futuristas.

Palimpsesto y pareidolia, la explicación del misterio
Los académicos expertos en egiptología no tienen ninguna duda: lo que parecen aparatos voladores sacados del futuro, son en realidad dos grupos de jeroglíficos tallados uno encima del otro. A esta técnica se la conoce como palimpsesto, del griego antiguo παλίμψηστον, que significa “grabado nuevamente”.

No es nada infrecuente encontrar tales prácticas en tumbas y templos del Egipto antiguo. A veces se buscaba con ello corregir un error. En otros casos, lo que se pretendía era reemplazar las inscripciones cuando se producía un cambio de poder. Cuando un nuevo faraón accedía al mando, era común que su sucesor quisiera dejar su marca personal plasmada en el arte, la arquitectura y la escritura.

Es lo que ocurrió con los enigmáticos jeroglíficos de Abidos. Ramsés II modificó las inscripciones de su padre, Seti I, escribiendo por encima sus propios identificativos. Al caer parte de material debido al deterioro, la superposición de formas dio lugar a formas caprichosas.